“Building Materials and the Climate”

El informe “Building Materials and the Climate: Constructing a New Future”, elaborado en 2023 por el United Nations Environment Programme y el Yale Center for Ecosystems + Architecture, en el marco de la Alianza Global para la Edificación y la Construcción (GlobalABC), nos recuerda, una vez más, que el sector de la construcción es el responsable del 37% de las emisiones de gas de efecto invernadero y que urge acelerar su descarbonización (como ya lo comentámos aquí y aquí). Esto implica, no sólo una reducción de la energía y del carbono operativo, sino también una reducción de la energía y del carbono gris. Tener un enfoque que abarque el ciclo de vida completo del edificio, en particular a través de herramientas de ACV, parece la única manera para una descarbonización real del sector. Se trata también de evitar la extracción de nuevas materias primas y de reducir la producción de desechos, haciendo con menos dentro de la lógica de la economía circular.

El objetivo principal sigue siendo ampliar la vida útil de los edificios y de sus componentes, dando prioridad a la renovación (reducción de las emisiones de GEI de entre 50% y 75%) y a estrategias de “design for disassembly” para las construcciones nuevas (reducción de las emisiones de GEI de entre 10% y 50%). Además, hace especial hincapié en la deconstrucción selectiva y la reutilización de los materiales. Sobre este tema, el informe insiste en la necesaria estructuración de un sector especializado potencialmente creador de empleo. Por otro lado, reafirma la necesidad de un apoyo, tanto financiero como legislativo:

“A new supply-and-demand model is needed, with new enterprises that allow for the careful dismantling of buildings and for the storing, preparation and maintenance of second-cycle materials for resale that will enable circular economies while providing job opportunities.”

p. xi

“Efforts by individual stakeholders to improve decarbonisation outcomes will not succeed unless they are supported by policy and finance across the different phases of the building process.”

p. xi

Según el informe, reducir la extracción de nuevas materias primas, reutilizando materiales, tiene como otra ventaja la reducción de las enfermedades relacionadas con cierto tipo de trabajos:

“Reducing raw material extraction and harvesting through recycling and re-use may also mitigate social ills such as forced labour upstream in the supply chain.”

p. xiv

El informe cita varios estudios en los que una deconstrucción selectiva, combinada con la reutilización y el reciclaje, permitió una reducción de las emisiones de GEI de entre 59% y 70% (p.20). Sin embargo, el texto es a menudo ambiguo a la hora de diferenciar reutilización y reciclaje, presentando las dos operaciones como equivalentes o sin hacer una distinción clara entre ambos. Pero reconoce (tal y como os explicamos en un articulo anterior) que el reciclaje conduce con demasiada frecuencia a la creación de un producto de valor inferior:

“In a circular economy paradigm of “re-use, repair, recycle,” where waste is eliminated, the practice of recycling or downcycling becomes a last resort, as it typically results in a product of lesser value.”

p. 24

Además, el informe emite una serie de recomendaciones con el fin de adaptar normas y estándares, promoviendo la utilización del ACV desde la etapa del diseño, así como un enfoque circular, incluyendo la reutilización y la creación o estructuración de un sector especializado:

“Adopt renovation policies that encourage the diversion of end-of-life material for recovery and recycling, promote regulation and measuring of whole building life-cycle carbon emissions, incorporate design for disassembly, and provide quality long-lasting material assemblies in retrofit solutions.”

p. 83

“Incentivise a marketplace for material re-use and develop standards to ensure the quality and efficacy for their use, in order to provide assurance to actors in the building sector.”

p. 83

Si este informe nos trae al fin y al cabo pocas novedades, tiene la ventaja de difundir una vez más, y a gran escala, la idea de que el sector de la construcción necesita un cambio urgente. Y también nos recuerda que la reutilización de los materiales es una de las claves para lograrlo.


Los datos presentados en el artículo, así como las citas en inglés, provienen todos del informe – United Nations Environment Programme (2023). Building Materials and the Climate: Constructing a New Future. Nairobi.

#DEF – DfD

Las siglas DfD hace referencia en inglés a Design for Deconstruction o Design for Disassembly (Diseño para la Deconstrucción o Diseño para el Desmontaje). En 2020, la Comisión Europea propuso en una de sus publicaciones (Circular Economy – Principles for Building Design) la siguiente definición de Design for Deconstruction: “Approach to the design of a product or structure that facilitates deconstruction at the end of its useful life, in such a way that components and parts can be reused, recycled or recovered for further economic use or, in some other way, diverted from the waste stream”. Se trata pues de tener en cuenta, desde la fase de diseño, la futura deconstrucción, parcial o total, de un edificio. Y ello con el fin de simplificar la reutilización o reciclaje de sus componentes y materiales, reduciendo así la producción de residuos y el consumo de materias primas. Por lo tanto, este enfoque tiende a hacer que la deconstrucción sea más ventajosa que la demolición.

Sin embargo, la reflexión sobre el final de la vida de los edificios y de sus componentes no debe ocultar el efecto perverso que podría provocar la visión de construcciones con una vida útil limitada. Por tanto, conviene actuar para alargar su vida útil y la de los elementos que los componen. El proceso de creación de un edificio, teniendo en cuenta la deconstrucción o el desmantelamiento, ha ampliado su campo de acción a la adaptabilidad, en particular a través del concepto de DfD/A o Design for Disassembly and Adaptability. Esta vez, se tiene en cuenta el mantenimiento, la rehabilitación o la transformación de un edificio, pero también la reparación o sustitución de sus componentes, y ya no sólo su desmontaje. En cualquier caso, promover la prolongación de la vida útil de las construcciones, permitiendo, por ejemplo, la sustitución de sus materiales o planificar su deconstrucción son conceptos que ponen, sin duda, en el punto de mira la reutilización. También hay otras estrategias circulares que se asemejan a estos conceptos, como el design for longevity and durability, el design for change (DfC) o el diseño de edificios reversibles (reversible building design). Por último, cabe señalar que la mayoría de los conceptos mencionados aquí no se limitan a la construcción y pueden, por supuesto, extenderse a otras áreas.

La elección de los materiales y de las técnicas de construcción está en el corazón del proceso de diseño para la deconstrucción y de diseño de edificios reversibles. De hecho, los materiales deben ser suficientemente resistentes y su ensamblaje debe permitir un desmontaje rápido y económico, evitando en particular el uso de equipos pesados. Las conexiones serán accesibles y removibles, y se dará prioridad a las fijaciones mecánicas. Se preferirán, por ejemplo, los ensamblajes empernados, atornillados o clavados a los ensamblajes químicos no removibles como la mayoría de los aglutinantes, selladores, pegamentos o soldaduras. A todo esto, por supuesto, hay que añadir una buena transmisión de información sobre estas técnicas y materiales.


Numerosos trabajos sobre el tema provienen del mundo anglosajón. En concreto, la EPA (United States Environmental Protection Agency) ha publicado un documento sobre el Design for Deconstruction así como información sobre varios proyectos piloto. Por su parte, el Hamer Center for Community Design (The Pennsylvania State University) ha redactado una guía dedicada al Design for Disassembly. En Europa, además de la publicación de la Comisión Europea, el proyecto europeo BAMB también ofrece un protocolo de diseño de edificios reversibles (Reversible Building Design). Además, hay un artículo disponible sobre este tema en Archdaily, y otro en el blog de la Fundación Arquia.

#DEF – urban mining

El término urban mining se utiliza para designar el proceso de recuperación de materias primas provenientes de desechos. Principalmente se refiere a la extracción de metales presentes en los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), pero puede ser utilizado en otros sectores, como es el caso del sector de la construcción. Aunque esté mayormente asociado al reciclaje, puede también aplicarse a la reutilización. En este caso, ya no sería una busqueda de la materia prima y el urban mining se convierte en un proceso de identificación y más tarde de recuperación de elementos a reutilizar, provenientes del espacio construido y principalmente de los edificios de nuestras ciudades. El concepto reagrupa las intervenciones de inventario, de deconstrucción o de almacenaje.

Siendo una noción importante dentro del concepto de la economía circular, el urban mining permite reducir el consumo de materias primas limitando las emisiones ligadas a su extracción, así como la cantidad de residuos que producimos. Asimismo, pone en evidencia el papel que juegan las ciudades como fuente de materiales de reutilización de proximidad (circuito corto).

En una lógica de analogía minera, se utiliza el término yacimiento para designar los elementos potencialmente reutilizables, identificados por ciertas características propias y reagrupadas en uno o varios lugares. Siguiendo una lógica ligeramente diferente, se habla también de un banco de materiales. En este caso, los materiales no son percibidos como elementos a recuperar y valorizar, sino como parte de un proceso de construcción que integra la reutilización, caracterizándolos e identificándolos claramente desde la concepción. Eso ocurre, por ejemplo, cuando el sistema constructivo de los edificios integra una futura deconstrucción.

Circular economy actions

La legislación y las acciones políticas actuales para fomentar la economía circular ponen el foco en el reciclaje, a costa muchas veces de la reutilización. Como hemos visto anteriormente, las recomendaciones para reducir los desechos mencionando la reutilización se acompañan raramente de medidas concretas. Sin embargo, existen algunos casos prácticos en los que se han aplicado estas leyes o decisiones políticas y que abarcan la reutilización de los materiales de construcción. Todos estos ejemplos ponen en evidencia la importancia de los poderes públicos y van del simple apoyo o la recomendación hasta la obligación, siguiendo la lógica de actuación permitir, promover y obligar.

La serie de casos prácticos descritos al final de este artículo corresponde a ejemplos incitativos (con el objetivo de promover) u obligatorios (con el objetivo de obligar) en países y territorios donde ya se llevaron a cabo acciones previas para posibilitar la reutilización de materiales. La ausencia de una acción previa semejante en el estado español o en Euskadi no permite actualmente llevar a cabo acciones incitativas o obligatorias por parte de los poderes públicos. En un primer momento convendría, eso es lo que intenta hacer este blog, dar visibilidad y facilitar las prácticas de reutilización antes de planear otro tipo de acciones. Sin embargo, una visión general de lo que ya se está haciendo en el extranjero permite darse cuenta de a donde podríamos dirigirnos.

A continuación, una lista de algunos casos prácticos, empezando por ejemplos incitativos, desde la utilización de la contratación pública hasta el apoyo a empresas, las bonificaciones/prestaciones a proyectos o los incentivos fiscales:

  • En Bélgica, la Región Valona inició un estudio con el objetivo de dar prioridad a los materiales de reutilización en los pliegos de condiciones, así como una serie de recomendaciones para definir y desarrollar la contratación pública con el fin de promover la reutilización. Por otro lado, la Región de Bruselas, en el marco de su Programa Regional de Economía Circular, facilita una hoja de ruta con numerosas medidas, algunas de las cuales destinadas a hacerse progresivamente vinculantes. El frecuente funcionamiento de esta región mediante el principio de subsidiariedad lleva a apoyar al sector mediante convocatorias de proyectos (BeExemplary o BeCircular), de prestaciones o ventajas fiscales como la futura tasa del IVA del 6% para elementos reutilizados. Además, está previsto para 2021, entre otras medidas a favor de la reutilización, la obligación de un inventario pre-deconstrucción de los materiales.
  • En Seattle (EEUU), la obtención de un permiso de deconstrucción de edificios residenciales está vinculada, entre otras cosas, a la reutilización de un mínimo del 20% de los materiales de construcción ( quedan excluidos el asfalto, los ladrillos o el hormigón) y la necesidad de presentar un informe sobre las cantidades de elementos reutilizados y reciclados. Este proceso permite comenzar la deconstrucción antes de que se haya concedido el permiso de construir.

Aquí podemos ver una serie de ejemplos de carácter obligatorio, ligados a la obligación de un inventario pre-demolición (también denominado diagnóstico de recursos) y/o de una deconstrucción selectiva, a la obligación de dirigir algunos elementos procedentes de la deconstrucción hacia canales de reutilización, o la obligación de integrar elementos reutilizados en nuevos proyectos:

  • En Francia, el artículo nº51 de la reciente Ley n° 2020-105 del 10 de febrero del 2020 relativa a la lucha contra el despilfarro y a la economía circular, prevé la obligación durante algunas obras de demolición o rehabilitación significativa de edificios, de un diagnóstico relativo a la gestión de los productos, materiales y desechos, a fin de, con carácter prioritario, su reutilización o, en su defecto, de su valorización. El artículo nº59 de esa misma ley modifica el Código de medio ambiente francés y obliga a tener en cuenta la reutilización de los materiales a la hora de elaborar contratos públicos en el sector de la construcción.
  • En Portland (EEUU), se obliga a realizar una deconstrucción que permita la reutilización de los materiales en lugar de una simple demolición. Esta imposición abarca algunos edificios, como los edificios unifamiliares que tienen una estructura de antes de 1940 (ver aquí).
  • En el Cook County (EEUU), cuando se concede un permiso de demolición para edificios residenciales, se obliga a dirigir un mínimo del 5% de los materiales hacia canales de reutilización (ver aquí).

Este texto se basa en parte en un informe producido por Rotor en el marco del proyecto de investigación sobre materiales reutilizables en Bruselas “le bâti bruxellois source de nouveaux matériaux” (BBSM) y que propone líneas de acción para desarrollar la reutilización. Allí podemos encontrar algunos de los ejemplos citados, así como una cantidad enorme de informaciones sobre este tema.

Circular economy strategies

Parece que el último año es el elegido para comenzar la transformación de la economía hacía una economía circular. La Comisión Europea presentó el pasado 25 de marzo de este año el Circular Economy Action Plan, como una de las partes importantes del Pacto Verde europeo. El plan pone el foco en sectores con un alto uso de los recursos como la construcción, donde el potencial de circularidad es elevado, y presenta una nueva estrategia para un entorno construido sostenible que promoverá medidas para mejorar la durabilidad y flexibilidad de los espacios construidos, elaborará libros digitales de los edificios, revisará el Reglamento sobre los productos de la construcción, integrará la evaluación del ciclo de vida en la contratación pública mediante la herramienta Level’s o intentará revisar los objetivos para la recuperación de materiales de construcción.

Paralelamente la Comisión Europea presentó recientemente el documento Principles for Building Design en el que se dividen los objetivos a alcanzar en diferentes grupos de agentes, usuarios, equipos de diseño, constructores, fabricantes, equipos de deconstrucción y demolición, inversores y aseguradoras y por último agentes públicos. En el apartado sobre la deconstrucción se plantea la necesidad de identificar los recursos presentes en un edificio para promover la deconstrucción selectiva.

La Estrategia Española de Economía circular queda a la espera de la evaluación de la Comisión Europea de establecer un objetivo en torno a la preparación para la reutilización. La estrategia establece, sin embargo, que la construcción es uno de los sectores de acción prioritarios y respalda las prácticas de demolición selectiva o el análisis de ciclo de vida. Más información sobre la estrategia española en este artículo de la revista Construible.

Por su parte la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 habla de manera general de la importancia de un modelo de economía que fomenta la reutilización, el reciclaje y la recuperación. Sin embargo, en el caso de la construcción se limita a mencionar la necesidad de mejorar la calidad de los estudios de gestión de los RCD o de su separación en obra, así como de la importancia del ciclo de vida en el diseño de los edificios. ¡Parece que habrá que esperar para que la reutilización y la deconstrucción selectiva sean un hecho en el territorio!

Sin embargo, algunas medidas más concretas, aunque no se aplican directamente a la reutilización de materiales de construcción, podrían ser también atribuidas a ella:

  • el objetivo de aumentar un 30% la tasa de utilización de materiales circulares;
  • la necesidad de nuevos materiales sostenibles y reemplazables;
  • la necesidad de una eco-concepción que permita la reparación o la reutilización, sobre todo de edificios;
  • poner de relieve la necesidad de la investigación, la formación, la sensibilización o la visibilidad;
  • la necesidad de algunas normas, guías o metodologías específicas, especialmente en el caso de la rehabilitación de edificios;
  • la idea de una tasa de desechos, de un mecanismos de verificación de las demoliciones selectivas o de un porcentaje de materiales reciclados a emplear;
  • la idea de puntos de colecta y de preparación a la reutilización de los residuos.

From linear to circular economy

Este esquema se inspira en un diagrama publicado por la página web de la Fundación Ellen MacArthur que tiene como objetivo acelerar la transición hacia una economía circular, y donde están disponibles informaciones sobre el tema.

Los procedimientos de la reutilización parecen pertenecer a menudo a la lógica de la economía circular. ¿Pero qué es lo que eso significa exactamente y en qué se diferencia la economía circular de la clásica economía linear? El hecho de plantearse esa pregunta, puede que la conteste en parte. En efecto, el actual modelo económico linear prioriza la extracción de materias primas, la fabricación y la venta de productos que se utilizarán para luego ser tirados. En el contexto de la escasez de materias primas y de profunda crisis ecológica, la economía circular intenta por su lado un enfoque y una gestión más sostenible de los recursos naturales, alargando la vida útil de los productos, reduciendo los desechos y reintroduciendo los recursos consumidos en el ciclo de producción. Es importante destacar que este procedimiento, aunque suele ir acompañado de una voluntad de justicia climática y social, no pone en duda la idea de crecimiento, sino que intenta desacoplar el crecimiento económico del consumo de recursos naturales.

La economía circular ha sido objeto de dos planes de acción a nivel europeo, el del 2015 y su sucesor en el 2020, consecutivo al Pacto Verde Europeo. Estos planes han sido transcritos a los diferentes niveles nacionales.

En España el gobierno acaba de aprobar (más información aquí), la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030, que presenta una serie de objetivos en ese ámbito alineándose con los objetivos europeos. En las páginas 8 y 9 podemos encontrar, con la voluntad de «una transición justa y solidaria hacia un nuevo modelo», lo que podría ser la definición de la economía circular:

« (…) se acuña el término de economía circular, concebida a partir de un ciclo de desarrollo y transformación, que avanza optimizando el uso de los recursos, fomentando la eficiencia de los sistemas productivos, promoviendo que productos, materiales y recursos permanezcan activos el mayor tiempo posible, y, paralelamente, disminuyendo la cuantía de los residuos generados. »

Ver sobre este tema la página web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Por su lado, el Gobierno Vasco publicó recientemente la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030. En las páginas 8 y 9, podemos encontrar también una definición de la economía circular y de sus principios:

«En el nuevo modelo circular el ciclo de vida de los productos y materiales se mantiene durante el mayor tiempo posible; los residuos se reducen al mínimo; y los recursos se reintroducen repetidamente en el ciclo productivo creando valor cuando los bienes llegan al final de su vida útil. Supone pasar del «extraer, producir, usar y tirar» al «reducir, reutilizar y reciclar». En una economía circular la prevención y la reutilización son las palabras clave».

Por último, el concepto de economía circular aparece en el Código de medio ambiente francés en el 2015 (Article L110-1-1), ha sido el objecto de varias leyes y de una hoja de ruta publicada en el 2018 que presenta medidas concretas sobre este tema.

Re-use and employment

Como hemos visto aquí, la economía circular parece mostrar un gran potencial en cuanto a creación de empleo, ¿pero qué pasa concretamente con las prácticas de la reutilización?

Un informe publicado en 2015 por la organización europea RREUSE, representando a diferentes empresas sociales activas en la economía circular, la reutilización, la reparación o el reciclaje, basándose principalmente en datos americanos, señala que la reutilización proporciona muchos más empleos que el reciclaje y pone en evidencia la falta de apoyo político que recibe. El potencial de creación de empleo parece estar ligado a la jerarquía en el tratamiento de residuos preconizado por Europa y que se podría resumir según la regla de las 3R: reducir, reutilizar, reciclar.

He aquí una comparación, extraída del informe de RREUSE de los equivalentes a tiempo completo (ETC) potencialmente creados por el tipo de revalorización y por 10 000 t tratadas:

  • Incineración : 1 ETC
  • Deposito en vertedero: 6 ETC
  • Reciclaje : 36 ETC
  • Restauración/Reutilización : 296 ETC

Además de las cifras, es importante recalcar el aumento de número de empleos dependiendo del tipo de valorización.

Se puede ver este artículo de Residuos Profesional sobre la publicación de RREUSE.

Circular economy and employment

Parece importante privilegiar una economía circular desde el punto de vista medioambiental, pero ¿cuál sería el impacto en términos de empleo? Aunque sea difícil facilitar cifras precisas, a priori, cuando nos interesamos a una práctica particular como la reutilización de materiales de construcción, todo parece indicar un fuerte potencial de creación de empleo.

En 2015 en el Reino Unido, el WRAP (The Waste & Ressources Action Programme) publicó un informe poniendo en evidencia la creación de empleo ligada a la economía circular. En Europa, más de 3,4 millones de personas forman parte de la población activa que trabaja en este ámbito y el desarrollo de la economía circular podría contribuir en 2030, a la creación de 1,2 a 3 millones de empleos brutos, así como a una disminución de 255 000 a 520 000 del número de personas en paro (estos datos representan los empleos netos creados).

Un desarrollo semejante al que conocemos actualmente conduciría así en 2030 a la creación de 135 000 empleos brutos en Francia, 81 000 en España y 19 000 en Bélgica. Nuevas medidas podrían aumentar significativamente estas cifras.

Un estudio del 2015 sobre los beneficios de la economía circular realizado por el Club de Roma a partir de bases de datos que se remontan al 2009, combinándolos con diferentes escenarios de acción (sobre energías renovables, la eficiencia energética, la utilización de materias recicladas o la extensión de la vida útil de los bienes) estimaba para 2030, una creación neta de más de 500 000 empleos en Francia y de más de 400 000 empleos en España!

Paris Agreement and European Green Deal

Schéma de présentation du pacte vert – 11 December 2019 – European Commission (Source)

El acuerdo de París sobre el cambio climático adoptado en 2015 durante la COP21, preveía la reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C respecto a los niveles preindustriales de aquí a 2100. Mas allá de su aspecto poco restrictivo, ¿que representa este acuerdo para el sector de la construcción y para la reutilización en particular?

Los objetivos definidos y las medidas concretas puestas en marcha por los diferentes firmantes varían de un país a otro. El pacto verde Europeo presentado en diciembre de 2019, inscrito bajo la línea del acuerdo de parís prevé la creación de empleo y un plan de acción para la economía circular, así como medidas dirigidas específicamente a algunos sectores como el de la construcción y la idea de un “pasaporte electrónico” de los productos que facilite por ejemplo información sobre su origen, las posibilidades para la reparación o el desmontaje…

«La transición brinda la oportunidad de expandir la actividad económica sostenible e intensiva en creación de empleo.»

«(…) un nuevo plan de acción de la economía circular ayudará a modernizar la economía de la Unión y a aprovechar las oportunidades de la economía circular, tanto dentro de la UE como a nivel internacional.»

«El plan de acción dará prioridad a la reducción y reutilización de los materiales antes de su reciclado.»

Extractos de la comunicación de la Comisión Europea sobre el Pacto Verde Europeo.