Construire – 2

En Boulogne-sur-Mer, la agencia CONSTRUIRE intervendrá en viviendas sociales, constituidas de pequeñas casas. En lugar de derruirlas, la ciudad decidió rehabilitarlas con fondos propios. La arquitecta Sophie Ricard intentó, viviendo en el barrio durante dos años, adaptar la rehabilitación de las casas a las situaciones individuales de cada habitante. Su trabajo comenzó con el diseño de un pequeño jardín, como manera de integrarse en el barrio y de encontrarse con los vecinos, empezando con los niños. Extraerán de entre los desechos de las obras colindantes para acondicionar invernaderos o un camino a través del jardín. Si bien la falta de medios ha llevado a esta solución, no ha sido difícil de aceptarla, ya que en el barrio varios habitantes tienen experiencia en la recuperación ya que trabajan como chatarreros. La obra, abierta a todos, debutó con el aislamiento exterior de las casas y continuó con la intervención en el interior. El área de la obra (la cité chantier), acondicionada en la casa contigua a la vivienda puesta a disposición de la arquitecta, se convertirá en lugar de encuentro. los obreros comían alrededor de una mesa fabricada con madera de palet por los niños del barrio. El largo diagnóstico y el tratamiento personalizado acordado a las diferentes casas desembocó en la redacción de sesenta licitaciones diferentes. El trabajo realizado sobre el color dará visibilidad a este enfoque individualizado.

Otro proyecto, realizado en Tourcoing, da continuidad a la idea de “reparar en lugar de reconstruir”. Todo ello manteniendo la presencia de los arquitectos en el lugar de la intervención, así como planteando un enfoque individualizado del trabajo a realizar en cada casa. Se trata de casa obreras de ladrillo, cuya demolición se evitó gracias al trabajo de la asociación Rase pas mon quartier. Aquí también habrá que unir las diferentes categorías de habitantes en torno a un mismo proyecto, crear “comunidad”, pero también “la diferenciación”. El taller eléctrico, un espacio sociocultural, será un punto de encuentro y servirá de permanencia arquitectónica. Más concretamente, el trabajo sobre el aislamiento y el revestimiento va acompañado de una reforma interna de las viviendas. Se pone en marcha una red de reutilización a escala del barrio para pequeños elementos como las baldosas. En efecto, las baldosas de cemento constituyen una parte esencial de la identidad de estas casas obreras. En una entrevista realizada para la obra “Matière Grise”, Patrick Bouchain detallaba lo siguiente sobre la red de reutilización: “Por lo tanto, se creó una casa-tienda en la que se puso todo lo que se desmontaba de otras viviendas. Sirvió para los contratistas, pero también para cualquier persona del barrio que podía venir a buscar en este lugar un grifo, un interruptor, un azulejo, una pieza de parquet, una contraventana, una ventana…”

En ambos casos, se trata de “construir de otra manera”, no trabajar para un habitante “medio” que vive en una vivienda “normalizada”, ni de “aplicar ciegamente modelos y estándares preestablecidos”. La consideración de las particularidades de cada uno es lo que ha permitido añadir a los diferentes proyectos esta segunda capa cultural y social de la que habla también Patrick Bouchain. Y la elección de la reutilización para acompañar este enfoque parece obvia. Reutilizar requiere un enfoque también específico, dependiente de cada material procedente de un stock heterogéneo. Pero ya sea la reutilización y el bricolaje que acompaña el trabajo de los obreros en Boulogne-sur-Mer o la red de reutilización establecida en Tourcoing, reutilizar no se convierte en el pretexto para cualquier gesto arquitectónico desconectado. En primer lugar, es una forma lógica de acompañar un proceso. Y la flexibilidad del enfoque de los arquitectos a veces se convierte también en flexibilidad en el diseño de futuras viviendas. Es el caso de las viviendas evolutivas de Beaumont, pequeño municipio rural, donde algunas partes de los edificios pueden ser acondicionados o transformados libremente por los habitantes, en un proceso que recuerda al de la agencia Elemental de Chile. El caso por caso se convierte en un elemento clave que favorece la autoconstrucción así como una posible reutilización a la escala de una vivienda. Este último proyecto como los dos precedentes, aunque no quieran ser demostradores de la reutilización como tal, se esfuerzan sin embargo, cada uno a su manera, de defender una concepción diferente de la arquitectura, ¡la misma que hará posible una futura generalización de la reutilización!


Los diferentes proyectos (Boulogne-sur-Mer, Tourcoing, Beaumont) descritos brevemente en este artículos, se explican con más detalle de manera más completa en la obra colectiva “Pas de toit sans toi”, publicado bajo la dirección de Patrick Bouchain en 2016 en Actes Sud, dentro de la colección L’Impensé. Las otras informaciones provienen de la entrevista realizada a Patrick Bouchain y reproducida en la obra “Matière Grise”, publicada en 2014 por el Pavillon de l’Arsenal bajo la dirección de Encore Heureux.

Construire – 1

El arquitecto francés Patrick Bouchain, del que ya os hemos hablado antes, se le conoce también por trabajar en la reconversión de edificios industriales en espacios culturales. El taller de arquitectura CONSTRUIRE, que fundó junto a Loïc Julienne, no se limita solo a estos proyectos. Sin embargo, son una parte importante de su trayectoria arquitectónica, que propone una visión anticonformista de la arquitectura. Su práctica se centra ante todo en el momento crucial de la fase de obra, haciendo participar a los diferentes profesionales en la evolución del proyecto e integrando una lógica de reutilización.

La primera reutilización es la de los propios edificios o de su estructura. Es el caso del Lieu Unique en Nantes, que ocupa los muros de la antigua fábrica LU para hacer un centro cultural, incluyendo una sala de espectáculos, espacios de exposición, un restaurante… El cambio del programa inicial de rehabilitación ha permitido, realizando lo estrictamente mínimo, reducir el presupuesto necesario. Estas intervenciones mínimas, dejan a la vista las diferentes etapas de la historia del lugar, la fábrica, el edificio abandonado y el centro cultural. El aspecto experimental del proyecto, la importancia de la obra, que se convierte en un verdadero acto cultural y en la que participan una multitud de actores, especialmente a través de una cabaña de obras, lugar de encuentro y documentación, le dará una verdadera dimensión pedagógica. La reutilización, llevada a cabo en la obra toma a su vez esta dimensión pedagógica, además de política, simbólica o estética, o simplemente de sentido común: reutilizar lo que se pueda, y preservar lo que ya sirve.

Algunos materiales reutilizados provienen del mismo edificio. Se trata por ejemplo de las placas de acero que formaban parte del suelo de la fábrica, donde las trazas de la antigua actividad del lugar están todavía visibles, de una mesa de oficina o de una escalera de emergencia proveniente de una anterior restructuración, o de los ladrillos recuperados en demoliciones parciales. A esta reutilización in situ hay que añadirle la de los restos de estas mismas demoliciones para crear una terraza en el borde del edificio. Además, se hizo un llamamiento a los artesanos que participaron en el proyecto para que aportaran materiales que pudieran ser reutilizados. Muchos son restos, de excedentes o son materiales desclasificados porque se consideran no conformes. Profesionales externos a la obra acabaron también contribuyendo en esta búsqueda de materiales. Piezas de madera proveniente de barcos que iban a ir al desguace, así como madera de demolición recubren la pasarela que forma el perímetro de la sala de espectáculo. La barra y las sillas del restaurante proceden de donaciones. Detrás del edificio y de la sala de espectáculos, se creó el Grenier su Siècle, una colección monumental donde se guardan en recipientes metálicos sellados objetos donados por los habitantes. Este espacio cerrado está destinado a ser abierto en 2100, es decir, un siglo después de su creación. Los toneles o las cajas metálicas que contienen los objetos son también donaciones. El vidrio que reviste la fachada del Grenier du Siècle es también reutilizada. Las diferentes piezas utilizadas habían sido anteriormente rechazadas por la reglamentación. Para poder integrar estos materiales, la fachada y el patchwork de vidrio de reutilización han sido declarados obras de arte. Barriles cortados por herreros malienses especializados en el reciclaje de nuestros desechos se integraron en el techo de la sala de espectáculos como aislamiento acústico. Para poder traerlos a Francia, del mismo modo que la fachada de vidrio, tuvieron que ser denominados obras de arte. Tablas hechas con los restos de madera restante de la fabricación de piraguas y cosidos entre ellos por los mismos artesanos formaron parte del proyecto, a modo de paneles para el restaurante.

Siguiendo la misma lógica, el estudio llevará a cabo otros proyectos de reconversión de antiguos edificios industriales, como Le Magasin en Grenoble, La Condition Publique en Roubaix o Le Channel en Calais. Patrick Bouchain y el estudio CONSTRUIRE se dedican a su vez a la construcción de edificios nuevos, sin dejar de lado su interés por la reutilización. Así, en la Academie Fratellini en Saint-Denis, un centro de arte y de formación en artes circenses, se recuperó madera procedente de los jardines del castillo de Versailles, donde numerosos árboles habían caído debido a una tormenta. La madera se integró prácticamente en la estructura de las gradas de la sala de espectáculos, sobredimensionando las secciones de la madera inicialmente previstas. El revestimiento exterior se realizó mediante chapas metálicas onduladas provenientes de un centro comercial donde fueron rechazadas porque el color era no conforme. Estas fueron solapadas para esconder los agujeros de la colocación inicial. Además se pintaron parcialmente para evitar que se roñaran en las zonas de corte. La reutilización y la colocación por solape llevados a cabo, así como las líneas de pintura antióxido, dan lugar a un ensamblaje aleatorio y componen la peculiaridad del proyecto.

Patrick Bouchain y Loïc Julienne participaron además, junto con Sonia Vu y ConstructLab, en la construcción de una sala de fiestas para una Universidad Popular en Argentan. Esta, denominada Le Manable, está realizada principalmente de materiales de recuperación. Otros proyectos del estudio, aunque no estén realizados necesariamente con materiales procedentes de la reutilización, dado su carácter efímero o móvil, integran o incitan a la deconstrucción y la reutilización. Es el caso de los museos itinerantes o efímeros, como el Centre Pompidou Mobile, que ha viajado entre varias ciudades francesas, o como las Étincelles du Palais de la découverte, una versión temporal – destinada a ser reutilizada- de un museo parisino, actualmente en obras. Es el caso también de salas de espectáculos bajo carpa, como La Volière, Le Centaure o Le Caravansérail.


Algunos proyectos (Le Lieu Unique, L’Académie Fratellini) descritos en este artículo, se describen de manera más concisa en las obras “Le Lieu Unique –Le chantier, un acte culturel / Nantes” de Christophe Catsaros, publicado bajo la dirección de Patrick Bouchain en 2006 de la mano de Actes Sud, dentro de la colección L’impensé, así como “L’Académie Fratellini – Le cirque de plain-pied / Saint-Denis” de Coline Serreau et Charlotte Erlih, publicado en 2008 dentro de la misma editorial y colección. Otra información proviene de la entrevista realizada a Patrick Bouchain y reproducida en el libro “Matière Grise”, publicado en 2014 por el Pavillon de l’Arsenal bajo la dirección de Encore Heureux.

Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular

Si analizamos la ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, ¿qué descubrimos sobre la reutilización? Algunas cosas que ya conocemos y otras más novedosas, aunque no estén todavía acompañadas del arsenal de medidas prácticas para poder desarrollarlas al completo.

Primero, recordemos que la ley (artículo 2) marca una diferencia clara entre preparación para la reutilización y reutilización, tratándose en un caso de una operación de valorización de desechos y en el otro no, como lo esclarecen las siguientes definiciones (algunas de las cuáles ya os hemos presentado, aquí o aquí):

«Preparación para la reutilización»: la operación de valorización consistente en la comprobación, limpieza o reparación, mediante la cual productos o componentes de productos que se hayan convertido en residuos se preparan para que puedan reutilizarse sin ninguna otra transformación previa y dejen de ser considerados residuos si cumplen las normas de producto aplicables de tipo técnico y de consumo.

artículo 2 – y)

«Reutilización»: cualquier operación mediante la cual productos o componentes de productos que no sean residuos se utilizan de nuevo con la misma finalidad para la que fueron concebidos.

artículo 2 – aw)

Esta diferencia entre desechos y recursos sigue siendo primordial y recalca la importancia de las estrategias de prevención que incluyen la reutilización. La prevención, de hecho, se define de la siguiente manera:

«Prevención»: conjunto de medidas adoptadas en la fase de concepción y diseño, de producción, de distribución y de consumo de una sustancia, material o producto, para reducir:

1.º La cantidad de residuo, incluso mediante la reutilización de los productos o el alargamiento de la vida útil de los productos.

artículo 2 – z)

A recalcar, que la prevención se concibe tanto en la fase de concepción (recordemos la idea del DfD) como durante la vida útil. De todos modos, la reutilización, concebida como una de las medidas preventivas, es parte del peldaño más alto de la jerarquía de tratamiento de residuos, definida más adelante en el artículo 8, del que ya os hemos hablado y que recordamos aquí:

a) Prevención, b) preparación para la reutilización, c) reciclado, d) otro tipo de valorización, incluida la valorización energética y e) eliminación.

artículo 8 – 1.

En el artículo 18, se detallan aquellas medidas de prevención. Una vez más resalta la importancia de trabajar en la fase de concepción tanto como durante y al final de la vida útil:

Fomentar el diseño, la fabricación y el uso de productos que sean eficientes en el uso de recursos, duraderos y fiables (también en términos de vida útil y ausencia de obsolescencia prematura), reparables, reutilizables y actualizables.

artículo 18 – 1. b)

Fomentar la reutilización de los productos y componentes de productos, entre otros, mediante donación, y la implantación de sistemas que promuevan actividades de reparación, reutilización y actualización, en particular para los aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y acumuladores, textiles y muebles, envases y materiales y productos de construcción.

artículo 18 – 1. d)

Reducir la generación de residuos en la producción industrial, en la fabricación, en la extracción de minerales y en la construcción y demolición, tomando en consideración las mejores técnicas disponibles y las buenas prácticas ambientales.

artículo 18 – 1. f)

Aunque la ley marca unos objetivos generales de reducción de desechos – en 2025, un 13 % respecto a los generados en 2010, y en 2030, un 15 % respecto a los generados en 2010 (artículo 17) – es más específica tratándose del sector de la construcción (artículo 26):

La cantidad de residuos no peligrosos de construcción y demolición destinados a la preparación para la reutilización, el reciclado y otra valorización de materiales, incluidas las operaciones de relleno, con exclusión de los materiales en estado natural definidos en la categoría 17 05 04 de la lista de residuos, deberá alcanzar como mínimo el 70% en peso de los producidos.

artículo 26 – 1. b)

Sin embargo, estos objetivos no abarcan las medidas de prevención y los residuos tratados lo son a menudo en operaciones de relleno que implican una pérdida importante de valor. El artículo 30, en cambio, sobre residuos de construcción y demolición, nos parece especialmente interesante. Además de la clasificación por fracciones destinadas al reciclaje, subraya en el punto 2 la necesidad de clasificar los elementos susceptibles de ser reutilizados:

A partir del 1 de julio de 2022, los residuos de la construcción y demolición no peligrosos deberán ser clasificados en, al menos, las siguientes fracciones: madera, fracciones de minerales (hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica y piedra), metales, vidrio, plástico y yeso. Asimismo, se clasificarán aquellos elementos susceptibles de ser reutilizados tales como tejas, sanitarios o elementos estructurales. Esta clasificación se realizará de forma preferente en el lugar de generación de los residuos y sin perjuicio del resto de residuos que ya tienen establecida una recogida separada obligatoria.

artículo 30 – 2.

En el siguiente punto, se añade:

La demolición se llevará a cabo preferiblemente de forma selectiva, y con carácter obligatorio a partir del 1 de enero de 2024, garantizando la retirada de, al menos, las fracciones de materiales indicadas en el apartado anterior, previo estudio que identifique las cantidades que se prevé generar de cada fracción, cuando no exista obligación de disponer de un estudio de gestión de residuos y prevea el tratamiento de estos según la jerarquía establecida en el artículo 8.

artículo 30 – 3.

No se especifican, sin embargo, las condiciones prácticas de aquella clasificación de los elementos susceptibles de ser reutilizados ni se fijan objetivos claros. Sin ello, es probable que se privilegié la solución del reciclaje cuyo sector es más estructurado, aunque sea inferior en la jerarquía establecida.

Acabamos con unas medidas interesantes, la de requisitos de ecodiseño y de libros digitales de materiales empleados en las nuevas obras de construcción:

Para facilitar lo anterior, se establecerá reglamentariamente la obligación de disponer de libros digitales de materiales empleados en las nuevas obras de construcción, de conformidad con lo que se establezca a nivel de la Unión Europea en el ámbito de la economía circular. Asimismo, se establecerán requisitos de ecodiseño para los proyectos de construcción y edificación.

artículo 30 – 3.

Recetas Urbanas: Cañada Real

A través de este blog hemos intentado poner en evidencia el hecho de que la reutilización de los materiales de construcción, sólo tendrá sentido si se acompaña de un profundo cambio en nuestra manera de encarar la arquitectura y la construcción en general. A este respecto, los proyectos llevados a cabo por Recetas Urbanas, hacen de la reutilización una herramienta al servicio en primer lugar de los valores que defienden, más que un objetivo en sí mismo. El proyecto del centro socio-comunitario de la Cañada Real, inaugurado en 2019, ilustra este aspecto del trabajo de los arquitectos. Más de la mitad de los materiales utilizados son de reutilización y un video publicado en 2020 da testimonio de la implicación de la comunidad local y es un buen recordatorio de que los proyectos de arquitectura deben ser ante todo proyectos sociales.

La Cañada Real es el nombre dado a una serie de construcciones ilegales, instaladas a lo largo del trazado de una antigua carretera de trashumancia (la Cañada Real Galiana) que atraviesa la Comunidad de Madrid. Esta calle de varios kilómetros de largo alberga una población creciente en condiciones precarias. El centro socio-comunitario responde, en parte, a la necesidad acuciante de infraestructuras. Promovido por el Ayuntamiento de Madrid a través de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo, el proyecto cuenta inicialmente con muy pocas cláusulas sociales. Son los arquitectos de Recetas Urbanas los que harán de ello una verdadera experiencia de participación ciudadana, fruto de un trabajo de puerta a puerta y de visita de las viviendas, de diferentes centros educativos y asociaciones o entidades sociales, así como de un centro penitenciario, para conocer a los habitantes. Además de los miembros de la comunidad, en este proyecto de autoconstrucción participan numerosos voluntarios procedentes de universidades, entre otros. De esta manera se prefabrican los elementos y los módulos (suelos, paredes, ventanas, cerchas, cubierta) en diferentes puntos de Madrid, que después se ensamblan en su ubicación final. El trabajo voluntario y la reutilización de los materiales, han permitido aumentar la superficie construida de 25% sin modificar el presupuesto.

En lo que se refiere más concretamente a la reutilización, los materiales proceden principalmente de proyectos anteriores, así como de almacenes municipales. El proyecto efímero de un espacio de creación Habitar el Aire (Naves Matadero – Centro Internacional de Artes Vivas) realizado en 2018 por Recetas Urbanas proporcionó una buena parte de los materiales necesarios para la construcción del espacio de trabajo multifuncional de la Cañada Real. En cuanto a los materiales recuperados en los almacenes públicos, se trata de andamios transformados en escaleras o sillas cuyo uso ha sido modificado. ¡Una vez colocados en la fachada del edificio, se convierten en un excelente parasol!


Aquí se puede ver un artículo sobre este tema, publicado en El Pais en 2021.

Recetas Urbanas

Si hay de una oficina de arquitectura que trabaja en el campo de la reutilización de los materiales de construcción en España, desde hace muchos años, es Recetas Urbanas, fundada por Santiago Cirujeda en el 2003, acompañado un poco más tarde por Alice Attout. Sin embargo, al igual que otros arquitectos interesados en la reutilización, no hacen de esta su única preocupación: para ellos la reutilización está al servicio de la participación ciudadana, como herramienta de aprendizaje y de educación. Conocida por sus intervenciones urbanas o sus arquitecturas efímeras, el trabajo de Recetas Urbanas va más allá del simple gesto arquitectónico. Todo ello, llevando a cabo una verdadera reflexión de fondo sobre los materiales, su reutilización – su reuso – y sobre la manera de transformar nuestras prácticas arquitectónicas. El equipo resume los años de experiencia con la reutilización, en un video publicado en 2022. Esté es un resumen del estado actual, basado en una sólida experiencia sobre el terreno, que ha visto la reutilización de los materiales de construcción a través de una cincuentena de proyectos, con un valor estimado de 2 000 000 euros. Este balance, más que positivo, pone también en evidencia el camino que queda por recorrer para que la reutilización ocupe el lugar que merece, recordándonos que los principios de la economía circular tienen que ir más allá de las buenas intenciones, para sobre todo aplicarlas.

A través de varios proyectos de auto-construcción en los que participan muchos voluntarios, la atención de los arquitectos se centra en la reutilización en el momento de la construcción, insistiendo en el hecho de que la integración de tales materiales modifica su enfoque del proyecto, pero también tienen en cuenta el destino de su construcción, una vez que llega al final del ciclo de vida. Por lo tanto, se realiza un doble trabajo: un trabajo de búsqueda de materiales de segunda mano, pero también un trabajo de reutilización de materiales de sus propios proyectos, y a veces de estructuras enteras, lo que requiere elegir opciones constructivas adaptadas. De esta manera, los materiales reutilizados provienen de compras de segunda mano, desmontajes de antiguos proyectos, donaciones o cesiones públicas y privadas, dando lugar a contratos de gestión supervisados. La importancia de recursos públicos, sobre todo a través de almacenes municipales, parece indispensable.

Como ejemplo, el video publicado por Recetas Urbanas en el que se muestra una tasa de reutilización del 85% en el proyecto La Escuela Crece (Madrid, 2016), del 75% en el proyecto Proyectalab (Benicassim, 2011) o del 90% de reutilización en el caso del proyecto Aula Abierta de Granada (2007). Este último proyecto fue además, desmontado y reutilizado en Sevilla en el 2012. Aula Abierta Sevilla es parte integrante del proyecto La Carpa, un espacio socio-cultural iniciado en Sevilla y destinado a acoger una escuela de circo y diversos colectivos, que llevan a cabo acciones de finalidad social y cultural. La mayoría de las diferentes estructuras que componen La Carpa son construidas mayormente con materiales reutilizados, sobre todo de antiguos proyectos desmontados y reutilizados, como por ejemplo Aula Abierta y también una de sus famosas Arañas.

Sobre los proyectos Aula Abierta de Granada y Sevilla, así como de la Escuela Crece de Madrid, ya os habíamos hablado en un artículo anterior, poniendo en evidencia la implicación de Recetas urbanas con los estudiantes de las escuelas superiores. De manera más general, bajo el nombre de Aula abierta, Recetas Urbanas agrupa una serie de proyectos reversibles que implican además a la comunidad escolar. Estos proyectos participativos y a menudo autoconstruidos, nacidos de la experiencia inicial de Granada con el colectivo AAABIERTA, utilizan soluciones constructivas haciendo uso de materiales reutilizados. Esta atención particular en la enseñanza, lleva a los arquitectos a realizar una veintena de proyectos en este sentido, en todo tipo de establecimientos escolares. En 2021 se publicó un dossier sobre este tema.

Recientemente, en 2023, dentro del festival Concéntrico, La Rebelión del Crazy Army, recurrió a estudiantes y profesores de un instituto de Logroño para construir las estructuras temporales que “asediarían” el centro educativo reconectándolo con el espacio público. Las vigas y los paneles de madera utilizados durante la construcción las reutilizará la asociación La Kalle de Vallecas. Se trata de proyectos diferentes que siguen una misma lógica. Otro ejemplo en este caso en Cataluña: dentro de las celebraciones del tricentenario de Barcelona, en 2014, la fundación Enric Miralles era el encargado de la coordinación de 6 instalaciones temporales diseminadas por la ciudad, el proyecto BCN RE.SET. Recetas Urbanas elaboró una proposición para la reutilización de los materiales de las diferentes instalaciones al final de su vida útil (sobre este tema, ver un artículo de El País disponible aquí). Estas fueron reutilizadas por Recetas Urbanas y otros colectivos como Straddle3 en diferentes proyectos, sobre todo en entornos escolares. Siguiendo siempre la lógica de la puesta en circulación de materiales, Recetas Urbanas participa, como Straddle3, en la puesta en marcha de una plataforma de reutilización y de redistribución de recursos, llamada GRRR (Gestión para la Reutilización y Redistribución de Recursos). Se trata de un proyecto de Arquitecturas Colectivas (AA.CC.), red internacional de colectivos que defienden valores comunes, en el que participa Recetas Urbanas. El colectivo M-etxea de San Sebastián, por ejemplo, ha hecho uso de esta plataforma.

Por último, merece la pena destacar el aspecto legal de estos proyectos. Recetas Urbanas clasifica sus intervenciones desde un punto de vista jurídico: intervenciones ilegales, legales y a-legales. Esta última categoría investiga los vacíos legales para poder actuar. La comparación con la reutilización de los materiales es interesante. La utilización de materiales de segunda mano podría también corresponder a estas tres categorías. En algunos casos, reutilizar parece imposible debido a razones jurídicas, y otras veces parece posible. Entre estas dos opciones, hay una gran zona gris y numerosos proyectos intentan aprovecharla. La existencia de estos vacíos legales, así como la imposibilidad legal, a veces, de utilizar tales materiales, demuestra el trabajo legislativo que queda por realizar para que la reutilización sea plenamente accesible.

Label

Las certificaciones son habituales en el ámbito medioambiental y algunos de ellos, ya sean públicos o privados, pueden incluir también la reutilización de los materiales de construcción. A nivel internacional, las distintas certificaciones HQE™ (High Quality Environmental) de origen francés, la británica BREEAM® (Building Research Establishment Environmental Assessment Method) o la estadounidense LEED® (Leadership in Energy and Environmental Design) parecen ser las más conocidas. Algunos labels pretenden, por ejemplo, tener en cuenta más específicamente el carácter circular o resaltar una huella de carbono reducida. Al respecto, la reutilización es una opción especialmente interesante. La obtención de dicho certificado entra generalmente dentro de un proceso voluntario, con el fin de reflejar determinadas prestaciones de un edificio o de un material que superan los requisitos mínimos establecidos por la normativa. A menudo se trata de una cuestión de confianza y reconocimiento que ayuda a reforzar la visibilidad de un proyecto. También existen certificados que están evolucionando hacia algo que tenga carácter obligatorio. Es el caso del certificado experimental francés E+C-, lanzado en 2016 para prefigurar el Reglamento Medioambiental 2020 (RE2020), y cuyo ámbito de actuación es, en particular, acreditar la huella de carbono de un edificio, usando herramientas de ACV. Este reglamento, como ya os explicamos aquí, utiliza un método de cálculo en el que el impacto de los materiales reutilizados en la huella de carbono se considera nulo, ¡lo que hace que esta solución sea muy ventajosa!

La mayoría de los certificados medioambientales no se aplican exclusivamente a la reutilización, pero existen algunos que se han creado con el objetivo específico de promoverla. Este es el caso del reciente label CircoLab® en Francia. Este último, gracias a una comparación del impacto medioambiental de productos reutilizados con sus equivalentes nuevos, permite expedir un certificado de rendimiento de varios niveles. Más antiguo, el label Truly Reclaimed fue creado por Salvo en Inglaterra y desarrollado como parte del proyecto europeo FCRBE (Interreg NWE). Aunque también defiende la reutilización, tiene un objetivo diferente: proteger los materiales realmente resultantes de una reutilización, distinguiéndolos de las imitaciones. En definitiva, esto hace que el proceso de reutilización sea más visible y lo promueve.

“Building Materials and the Climate”

El informe “Building Materials and the Climate: Constructing a New Future”, elaborado en 2023 por el United Nations Environment Programme y el Yale Center for Ecosystems + Architecture, en el marco de la Alianza Global para la Edificación y la Construcción (GlobalABC), nos recuerda, una vez más, que el sector de la construcción es el responsable del 37% de las emisiones de gas de efecto invernadero y que urge acelerar su descarbonización (como ya lo comentámos aquí y aquí). Esto implica, no sólo una reducción de la energía y del carbono operativo, sino también una reducción de la energía y del carbono gris. Tener un enfoque que abarque el ciclo de vida completo del edificio, en particular a través de herramientas de ACV, parece la única manera para una descarbonización real del sector. Se trata también de evitar la extracción de nuevas materias primas y de reducir la producción de desechos, haciendo con menos dentro de la lógica de la economía circular.

El objetivo principal sigue siendo ampliar la vida útil de los edificios y de sus componentes, dando prioridad a la renovación (reducción de las emisiones de GEI de entre 50% y 75%) y a estrategias de “design for disassembly” para las construcciones nuevas (reducción de las emisiones de GEI de entre 10% y 50%). Además, hace especial hincapié en la deconstrucción selectiva y la reutilización de los materiales. Sobre este tema, el informe insiste en la necesaria estructuración de un sector especializado potencialmente creador de empleo. Por otro lado, reafirma la necesidad de un apoyo, tanto financiero como legislativo:

“A new supply-and-demand model is needed, with new enterprises that allow for the careful dismantling of buildings and for the storing, preparation and maintenance of second-cycle materials for resale that will enable circular economies while providing job opportunities.”

p. xi

“Efforts by individual stakeholders to improve decarbonisation outcomes will not succeed unless they are supported by policy and finance across the different phases of the building process.”

p. xi

Según el informe, reducir la extracción de nuevas materias primas, reutilizando materiales, tiene como otra ventaja la reducción de las enfermedades relacionadas con cierto tipo de trabajos:

“Reducing raw material extraction and harvesting through recycling and re-use may also mitigate social ills such as forced labour upstream in the supply chain.”

p. xiv

El informe cita varios estudios en los que una deconstrucción selectiva, combinada con la reutilización y el reciclaje, permitió una reducción de las emisiones de GEI de entre 59% y 70% (p.20). Sin embargo, el texto es a menudo ambiguo a la hora de diferenciar reutilización y reciclaje, presentando las dos operaciones como equivalentes o sin hacer una distinción clara entre ambos. Pero reconoce (tal y como os explicamos en un articulo anterior) que el reciclaje conduce con demasiada frecuencia a la creación de un producto de valor inferior:

“In a circular economy paradigm of “re-use, repair, recycle,” where waste is eliminated, the practice of recycling or downcycling becomes a last resort, as it typically results in a product of lesser value.”

p. 24

Además, el informe emite una serie de recomendaciones con el fin de adaptar normas y estándares, promoviendo la utilización del ACV desde la etapa del diseño, así como un enfoque circular, incluyendo la reutilización y la creación o estructuración de un sector especializado:

“Adopt renovation policies that encourage the diversion of end-of-life material for recovery and recycling, promote regulation and measuring of whole building life-cycle carbon emissions, incorporate design for disassembly, and provide quality long-lasting material assemblies in retrofit solutions.”

p. 83

“Incentivise a marketplace for material re-use and develop standards to ensure the quality and efficacy for their use, in order to provide assurance to actors in the building sector.”

p. 83

Si este informe nos trae al fin y al cabo pocas novedades, tiene la ventaja de difundir una vez más, y a gran escala, la idea de que el sector de la construcción necesita un cambio urgente. Y también nos recuerda que la reutilización de los materiales es una de las claves para lograrlo.


Los datos presentados en el artículo, así como las citas en inglés, provienen todos del informe – United Nations Environment Programme (2023). Building Materials and the Climate: Constructing a New Future. Nairobi.

Exhibitions – 3

Hay una exposición que evidencia el interés que la reutilización despierta en el Pavillon de l’Arsenal de Paris, y también a cada vez más actores del sector de la construcción Parisino. La exposición Conserver Adapter Transmettre (Conservar Adaptar Transmitir), que termino en marzo de este año, presentaba alrededor de cuarenta proyectos parisinos que decidieron no demoler el edificio existente, ya que tenían en cuenta que cada metro cuadrado nuevo construido emite alrededor de 1,5 tonas de CO2 durante 50 años. Se trata de proyectos recientes, en fase de realización, cuyos permisos de construcción han sido introducidos entre 2020 y 2022. Proyectos que transforman lo existente (representan el 70% de las autorizaciones de urbanismo presentadas en París) donde la reutilización de los materiales tiene su importancia, y que pone en relieve “nuevos modos de fabricación que combinan desafíos climáticos, voluntades patrimoniales y programaciones adaptadas a las expectativas contemporáneas”. Estos proyectos son una verdadera inspiración para quien quiera desarrollar paralelamente el sector de la reutilización y la de los materiales de origen orgánico y geológico.

Es el caso del proyecto Au Fil du Rail de los arquitectos de Grand Huit, la reconversión de un antiguo edificio industrial en lugar de recursos de la economía circular y solidaria en los campos de la alimentación y la industria textil, inicialmente previsto para el 2023, en el que se realiza una reutilización de materiales in situ y ex situ. Las carpinterías de la antigua prefectura de Morland se integran al cerramiento del edificio. Lo mismo sucede en el proyecto super-équipement Pinard de la agencia ChartierDalix, ayudados por R-Use para la reutilización. Previsto para el 2025, prevé la transformación de una maternidad en equipamiento híbrido que aglutina las funciones de guardería, escuela, gimnasio y tercer lugar abierto a los habitantes. El 49,6% de la masa de los materiales proviene de materiales reutilizados o reciclados, como el 100% de las tejas, los ladrillos, los marcos de madera y la carpintería existente, lo que reduce un 11,6% las emisiones de carbono del proyecto. La reutilización también está presente en el proyecto surélévation Lenoir, con la rehabilitación de un edificio de actividades artesanales con el objetivo de añadir plantas para viviendas sociales, previsto para el 2024. Para esta elevación, los arquitectos de Boman, ayudados de Bellastock para la reutilización, han recurrido a materiales provenientes de la deconstrucción de inmuebles que pertenecen a Paris Habitat, como el parquet, las baldosas, las puertas o el equipamiento eléctrico. En el proyecto Scène des Loges, de la agencia Archikubik, ayudados por Mobius, previsto para el 2024, reutilizarán elementos de interior para la transformación de un antiguo garaje en viviendas. Que tantos proyectos recurran a la reutilización en un territorio tan limitado es la prueba de que algo está cambiando. La visibilidad que ofrecen estas exposiciones que cuestionan nuestras maneras de construir, recalca también la emergencia de utilizar nuevas prácticas constructivas. Entre estas, la reutilización de materiales de construcción parece ocupar un lugar.

Más allá de esta exposición, el interés de Pavillon de l’Arsenal por la reutilización no es nueva. Cabe recordar, por ejemplo, la exposición Matière Grise (de 2014 a 2015), de la que ya hablamos aquí y que sigue siendo la referencia y la más completa sobre el tema, pero no es la única. Ya en 2012, la exposición Re.architecture se hizo eco de estas prácticas, presentando el trabajo singular de 15 agencias europeas, como Assemble, Collectif Etc, Raumlabor o Rotor. En 2016, la exposición de los resultados de la convocatoria de proyectos urbanos innovadores Réinventer Paris, presentaba proyectos para los que la reutilización era un punto esencial. Entre ellos, el proyecto Morland así como la futura Ferme du Rail, de los que ya os hemos hablado. Otros proyectos desarrollados en el marco del acelerador de proyectos arquitectónicos y urbanos innovadores FAIRE fueron expuestos en el Pavillon de l’Arsenal. Es el caso en 2022, de la investigación llevada a cabo por Cigüe del hormigón de yeso a base de reutilización, del que ya hablamos aquí o de FabBRICK en 2018, un proyecto de ladrillos de material textil reutilizados, diseñado por la arquitecta Clarisse Merlet. Es el caso también de los proyectos M.E.G.A. de Niveau Zéro Atelier y de Terres émaillées de Lucie Ponard, que utilizan tierra de excavaciones parisinas para la producción de objetos o azulejos. Estos proyectos, así como FabBRICK, formarán parte de la exposición Séries Limitées de 2022. De manera similar, la exposición Terres de Paris (de 2016 a 2017) presentaba el trabajo de los arquitectos de la agencia de arquitectura Joly&Loiret sobre la construcción en tierra cruda extraída del subsuelo parisino. Dentro del acelerador de proyectos FAIRE y de Studiolo, un programa de miniexposiciones, la instalación de 2021 Académie du climat x 36 étudiants architectes x Encore Heureux: un café en projet cuenta la concepción colaborativa bajo la dirección de Encore Heureux del futuro café de la Academia del Clima en París, donde la reutilización de materiales es un factor importante. Presentado en el marco del Studiolo en 2021 y del acelerador de proyectos FAIRE, el proyecto Ceci n’est pas une porte permitió la recuperación y transformación de 1200 puertas de un antiguo hospital parisino, en total, 60 m³ de material. Las experimentaciones y la creación de muebles de la mano de los arquitectos Vincent Parreira y Marie Brodin, acompañados por Mobius, especializado en el asesoramiento en reutilización, desembocarán en la fabricación de más de 200 mesas, con la ayuda de personas en reinserción profesional gracias a la asociación ARES (Asociación para la Reinserción Económica y Social).

De manera más general, la predilección de los equipos de Pavillon de l’Arsenal por los materiales naturales y locales, como la tierra o la piedra (ver la exposición Pierre de 2018), y los artesanos que trabajan con ellas (ver la exposición Ressources de 2022), junto con las preocupaciones sociales o ambientales (prueba de ello la exposición Et demain, on fait quoi? presentado en el momento de la crisis del Covid 2020, o las exposiciones más recientes del 2023, Espaces Ferroviaires, matières vivantes o [Ré]inventer l’existant), reflejan la necesidad de una nueva forma de concebir la arquitectura, que integra la reutilización. Y aunque estas exposiciones no hablan solamente de reutilización, dan a conocer las diferentes razones o medios que pueden facilitar su resurgimiento o, puede que un día, ¡su generalización!


La exposición Conserver Adapter Transmettre se acabo el 5 de marzo de 2023, y permitió la publicación de una obra con el mismo título, Conserver Adapter Transmettre.

TYIN tegnestue – 2

La importancia del contexto local específico de cada proyecto es clave en el enfoque de TYIN tegnestue Architects. Se trata de un contexto geográfico, social o cultural, pero las técnicas y los materiales, reutilizados o no, también pueden modelar la identidad de un edificio. Esto es válido para los proyectos realizados en Asia, de los que ya hablamos aquí y también lo es cuando el estudio construye en casa. De esta manera, en Noruega, TYIN tegnestue pone en evidencia la tradición de la construcción de madera a través de la reutilización. En 2014, en el proyecto de interiorismo de una tienda en el aeropuerto de Trondheim, encontramos un tipo de construcción muy particular, la construcción de troncos. Para ello, se desmanteló una antigua casa del siglo XIX destinada a la demolición y se reconstruyó parcialmente, dejando de lado las piezas más dañadas. Algunos troncos también fueron cortados y utilizados a modo de revestimiento mural.

En un proyecto anterior finalizado en 2011 en la localidad de Aure (todavía en Noruega), los arquitectos se apoderaron de otro tipo de edificio, un cobertizo para botes. La sustitución de un cobertizo de madera especialmente dañado por una nueva construcción, con funciones más lúdicas, volvió a ser una oportunidad para hacer hincapié en la reutilización. Parte de los materiales de la antigua construcción se reutilizo in situ. En concreto, se integraron tablas de madera en el revestimiento interior y el revestimiento exterior fue compuesto, en parte, por chapas metálicas que anteriormente se utilizaban para cubrir el techo. Algunos viejos rieles de metal sirvieron como apoyo de una encimera. A estos materiales reutilizados in situ, hay que sumarles las ventanas provenientes de un caserío vecino. Las dimensiones de estas ventanas fueron las que decidieron cual sería la trama estructural de la nueva construcción. Los materiales reutilizados contribuyen así al propio diseño del proyecto haciéndolo evolucionar. Una prueba más de que la reutilización nos obliga a pensar en la lógica del diseño de una manera completamente distinta y nueva.

TYIN tegnestue – 1

El estudio de arquitectura noruego TYIN tegnestue Architects, que recientemente dejó de operar, era conocido por tener un enfoque muy particular de la arquitectura: proyectos pequeños, que a menudo involucraban a estudiantes y también a las comunidades locales, predilección por la artesanía y la reutilización. Si ya os hablamos aquí de los proyectos participativos realizados con estudiantes de escuelas de arquitectura que utilizaban materiales procedentes de la reutilización, la apuesta de la agencia también la ha llevado a realizar varios proyectos, especialmente en Asia, para y con comunidades en situación precaria. La elección, específica al contexto de cada proyecto, de técnicas artesanales y de materiales locales permitió responder a la falta de recursos involucrando además a los habitantes. Por consiguiente, estos podían apropiarse de un edificio cuyo aspecto técnico de la construcción y la dinámica social que había generado debía servir de ejemplo. Dentro de esta lógica, los materiales resultantes de la reutilización son considerados un recurso local y barato, al igual que la madera o la tierra, por ejemplo, y contribuyen igualmente a dar forma al proyecto.

De esta manera, el proyecto Old Market Library realizado en colaboración con CASE Studio Architects y construido en Bangkok (Tailandia) en 2009 implicó en gran medida a los habitantes. Esta transformación de una parte de un antiguo mercado en una biblioteca, fue una oportunidad para poner en práctica sus conocimientos mediante el uso de materiales económicos y disponibles localmente, incluidos muchos materiales reutilizados. Las cajas de madera reutilizadas se convierten así en estanterías para los libros y el revestimiento interior está formado por piezas de madera encontradas en los alrededores. Sin embargo, los elementos estructurales de madera, de un pequeño entrepiso en particular, se compraron en una tienda de segunda mano, con el fin de obtener madera de mejor calidad. Este proyecto, que no es el único, también demuestra que la reutilización no es solo una solución económica y responsable a las necesidades de las comunidades, sino que además puede estimular la creatividad técnica y estética.