Reuse made in Paraguay – 1

Paraguay lleva algún tiempo siendo el centro de atención por su arquitectura innovadora, aunque en contraposición a las soluciones de alta tecnología a las que estamos acostumbrados en Europa. Los cambios ambientales y sociales que se avecinan, y el deseo, más actual que nunca, de un futuro democrático, deben alentarnos a inspirarnos en estos ejemplos, ya que empezamos a darnos cuenta de que las limitaciones que les dan forma, también son las nuestras. Las innovaciones estructurales de baja tecnología que utilizan materiales naturales y locales, y la reutilización, benefician así proyectos sostenibles y democráticos en un país con una cultura aún fuertemente rural, y que sigue siendo el tercer país más pobre de América del Sur. La idea es ser inventivos con lo que tenemos a mano. La reutilización se convierte naturalmente en una de las herramientas de esta arquitectura. Lejos de ser una figura aislada, el Gabinete de arquitectura liderado entre otros por Solano Benítez y Gloria Cabral, es uno de sus representantes más conocidos. Su trabajo mezclando ladrillos y hormigón fue exhibido en la Fundación Cartier y premiado en la Bienal de Venecia en 2016 (ver un artículo Archdaily sobre este tema). Sin embargo, es en su país donde se han llevado a cabo los proyectos más significativos.

Ya durante la construcción de su oficina, por un precio ocho veces inferior al precio habitual, los arquitectos del Gabinete de arquitectura tuvieron que demostrar su inventiva utilizando materiales baratos o reutilizados, como por ejemplo, hormigón y ladrillos artesanales (ver sobre este tema un artículo Archdaily). Pero al igual que en el trabajo del arquitecto uruguayo Eladio Dieste (ver un artículo Archdaily sobre la Iglesia Cristo Obrero de este último), el uso de dichos materiales no debe ser un obstáculo para la experimentación arquitectónica y estructural. Así fue durante la construcción de la fachada con pliegues de la Casa Esmeraldina (2002), realizada con paneles prefabricados y cuyo aparejo de ladrillos reutilizados (haciéndose visible la habitual cara de colocación) permite maximizar la superficie obtenida, reducir el número de ladrillos necesarios y, por lo tanto, los costes asociados. Con el mismo aparejo, el Gabinete de arquitectura desarrolló otro sistema de módulos prefabricados, esta vez ensamblados por triangulación. Se utilizo para la construcción del gran arco enrejado que marca la entrada al Centro de Rehabilitación Infantil de la Teletón (2010, ver sobre este tema un artículo Archdaily). El edificio principal del centro donde también se reutilizaron puertas de vidrio y baldosas cerámicas, retoma además la idea de la fachada con pliegues.

Si bien en este proyecto se reutilizan los ladrillos, uno de los arcos interiores está hecho de hormigón ciclópeo compuesto de restos cerámicos provenientes de derribos, cascotes. La reutilización de ladrillos o de cascotes integrados en paneles prefabricados de hormigón ciclópeo, ensamblados por triangulación o por pliegues sucesivos, se convirtió así en una seña de identidad del Gabinete de arquitectura. Asimismo, estas innovaciones se hallan en el proyecto Quincho Tia Coral (2016, ver sobre este tema un artículo Archdaily) cuya pérgola es de vidrio reutilizado, pero sobre todo, de módulos triangulares de hormigón ciclópeo hecho con cascotes cerámicos. La misma lógica se utilizo, en otra escala, en el proyecto de extensión de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), donde la fachada entera se hizo con un sistema enrejado. En muchos otros proyectos se utilizaron paneles prefabricados de hormigón ciclópeo hecho con cascotes cerámicos, desde la Fundación TEXO (2017) al banco BASA (2018), y más tarde, en forma de losas colocadas en el suelo o suspendidas mediante cables, para cerrar el espacio del Pabellón de Composta de la Casa Wabi, en México (2020, ver sobre este tema un artículo en la página web Dezeen o en la de la revista Arquine).

Otras figuras del panorama arquitectónico paraguayo toman la misma dirección que los miembros del Gabinete de arquitectura. Así, Javier Corvalán y su Laboratorio de Arquitectura hacen de la reutilización de los materiales y de la innovación arquitectónica un camino para reducir los costes de construcción. El techo es uno de los elementos más caros de sus proyectos, lo que llama especialmente la atención del arquitecto. Así, en la Casa Hamaca (2010), la cubierta es de chapa metálica ondulada y de tableros de madera aglomerada procedentes principalmente de excedentes de otras obras. Este techo, suspendido entre dos muros inclinados de ladrillo, está lastrado con piedras encontradas en el lugar y que le dan su forma curvada de hamaca. En la Casa Umbráculo (2007), la rehabilitación de una antigua construcción se realizo añadiéndole una cubierta abovedada hecha con madera de palet. De la misma manera, el proyecto Yvapovo (2016), un pabellón de ladrillo cubierto con una pérgola de madera, también abovedada, está realizado con materiales (madera y ladrillo) procedentes de derribos.

Otra forma de trabajar es utilizar la tierra excavada como materia prima. Es lo que hace por ejemplo José Cubilla en la Vivienda Takuru (2016), donde el 85% del volumen de la construcción se extrae in situ (ver un artículo Archdaily). Es una gran fosa que sirve como depósito de agua la que proporciona la tierra cruda utilizada en la construcción. Esta vez el arquitecto utiliza piedra en la Vivienda Pleasure Point (2005), una casa parcialmente enterrada (ver un artículo de la plataforma The Society Paraguay). En un caso como en el otro, la elección de materiales naturales lleva a las construcciones en gran adecuación a su entorno. Una parece una roca puesta al descubierto y la otra, una escultura hecha de la tierra que la rodea. La piedra utilizada en la Vivienda Ara Pytu (2016, ver un artículo Archdaily) no se extrae in situ, pero todavía se trata de piedra reutilizada.

Estos ejemplos de reutilización, lejos de ser aislados, reflejan los valores que impulsan gran parte del panorama arquitectónico en Paraguay. El uso de materiales locales, baratos y reutilizados, así como la elección de determinadas prácticas de construcción, eran sobre todo maneras de reducir los costes de construcción, y además se hacían eco de preocupaciones sociales, culturales y medioambientales. Estos diferentes proyectos parecen desprender una estética común, aunque hablar de estilo sería limitar esta arquitectura a un enfoque puramente formal. Es ante todo un movimiento que defiende ideas e ideales. Estos iban a inspirar a toda una generación de jóvenes arquitectos, varios de ellos pasados por el Taller E de la FADA de la UNA. Las construcciones nuevas o renovadas, más o menos lujosas, de estos jóvenes arquitectos tienen en común esta visión de una arquitectura inventiva hecha de materiales de bajo coste y con técnicas artesanales.


Un artículo de 2020 de The New York Times ofrece un interesante panorama de la arquitectura contemporánea en Paraguay. Véase también un artículo de The Architectural Review escrito en 2018 en el contexto de la entrega a Gloria Cabral del Women in Architecture Moira Gemmill Prize. En el marco de la entrega del Global Award for Sustainable Architecture 2021, se publicaron videos de conferencias impartidas por Solano Benítez así como por José Cubilla.

Baksteen

La construcción con ladrillos reutilizados parece estar ganando terreno en países en los que el ladrillo es uno de los principales materiales de construcción. En la actualidad, sin embargo, este material se utiliza principalmente como revestimiento y los ladrillos reutilizados siguen la misma regla. La ausencia de la función estructural puede facilitar la integración de ladrillos viejos en un nuevo proyecto. Además, algunos de ellos tienen cualidades superiores a las de los ladrillos nuevos. Así fue puesto de manifiesto por el estudio de arquitectura BLAF architecten durante las pruebas realizadas para la construcción de viviendas unifamiliares en Bélgica. Este país, y en Flandes en particular, es uno de esos lugares donde el baksteen (ladrillo en neerlandés) está tradicionalmente muy presente. No es sorprendente, pues, que haya muchos proveedores de ladrillos de segunda mano. Los arquitectos de BLAF, experimentados en renovación y acostumbrados a trabajar con este material, a través del proyecto de investigación Brick Wall City, eligieron el ladrillo reutilizado, y además presevaron su función estructural original. ¡El muro de mampostería será por lo tanto de carga!

Este notable enfoque de reutilización de ladrillos, se puso en práctica durante la construcción de la casa dnA, en Asse. La idea era combinar los nuevos estándares en cuanto a aislamiento, con la sencillez constructiva de las casas tradicionales y la adaptabilidad que estas pueden ofrecer. Por tanto en la casa dnA encontramos muros de carga de ladrillo y una estructura de madera más ligera, que funcionan de forma independiente entre sí. Las paredes de ladrillo sostienen el techo y, aunque proporcionan una cierta inercia térmica al edificio, es la estructura de entramado de madera secundaria la que forma los niveles interiores y permite el aislamiento continuo. Este sistema constructivo híbrido, la caja dentro de una caja, trata cada material por separado, por capas sucesivas, permitiendo así alargar la vida útil de una construcción que puede ser rehabilitada por completo desde el interior, sin que se vea afectada la apariencia exterior. Desde el punto de vista estructural, los numerosos ángulos rectos así como las vigas de cintura de hormigón refuerzan la estabilidad de una envolvente exterior formada por 50 m3 de ladrillos reutilizados. Esta elección, más allá del aspecto estético y ambiental, ha demostrado ser además económica.

En el proyecto de la casa gjG, en Gentbrugge, los arquitectos dieron continuidad a sus experimentos en torno a los muros de carga con ladrillos reutilizados. Esta vez ya no son los ángulos rectos los que refuerzan la estabilidad de la pared de ladrillo, sino curvas que están en diálogo con el entorno arbolado de la casa. Siguiendo con otra variación, en este caso es la cara interior del muro de ladrillo la que se convierte en soporte de la cubierta, mientras que los ladrillos exteriores sirven de revestimiento. Entre estas dos caras se coloca el aislamiento. Esta adaptación de la mampostería de ladrillo, del habitual muro hueco relleno de aislamiento, es una nueva forma de devolver al ladrillo el lugar que había perdido. Una estructura de madera y acero, independiente de la envolvente, forma los niveles interiores.

Además de estos proyectos, los arquitectos de BLAF también contribuyen al diseño de nuevos modelos de ladrillos aptos para la construcción de muros macizos, en oposición a los productos más livianos que simulan ladrillos de mampostería. Reutilizar los ladrillos que nos dejaron nuestros antecesores, no debe hacernos olvidar, que es necesario preparar el terreno para futuros agentes de la reutilización. Esto implica utilizar materiales, que deben ser de alta calidad, duraderos y resistentes, y también sistemas constructivos que permitan una eventual deconstrucción y aseguren la adaptabilidad del edificio durante el mayor tiempo posible. Los arquitectos de BLAF juegan en ambos bandos, en el de los materiales, reutilizando y trabajando en el desarrollo de nuevos tipos de ladrillos, como en el de los sistemas constructivos, favoreciendo el uso de capas superpuestas con sistemas estructurales disociados.


Más información sobre la casa dnA está disponible en Opalis. La Federación Belga del Ladrillo (Fédération Belge de la Brique) publica en francés una revista trimestral, cuyo número de septiembre de 2021, Briques de réemploi, esta dedicado, entre otras cosas, a los dos proyectos de BLAF architecten. Estos proyectos también pueden encontrarse en Archdaily, aquí y aquí.

CHARM

El proyecto europeo (Interreg North-West Europe) CHARM (Circular Housing Asset Renovation & Management) tiene como principal objetivo optimizar la reutilización de los materiales de construcción en la gestión, la rehabilitación y la construcción de viviendas sociales. De hecho, el proyecto tiende a alejarse de la tendencia actual que consiste en mejorar el reciclaje de los residuos de construcción y demolición (RCD), que muy a menudo resulta en una forma de infrarreciclaje (downcycling). Lo que está en juego aquí es, por lo tanto, la reutilización óptima de los materiales de construcción. Más allá de la demostración, el proyecto CHARM también tiene como objetivo, fomentar la adopción de este enfoque innovador por parte de sus socios y de todo el sector. Este proyecto reúne a varios organismos de vivienda social en torno a la TU Delft (Delft University of Technology), así como a otros agentes del mundo de la vivienda o de la investigación. En total, se anuncian 40 000 toneladas de materiales que podrían ser desviadas anualmente del downcycling solo por parte de los diversos organismos asociados!

El proyecto CHARM tiene objetivos muy similares a los de otros proyectos europeos, FCRBE o BAMB, con los cuales colabora, aunque se centra en la economía circular aplicada a la vivienda social. Así, se han implementado estrategias específicas que permiten la circulación de los materiales reutilizados, dentro de proyectos piloto llevados a cabo en 4 países por los distintos organismos de vivienda social asociados. La emisión de directivas y el establecimiento de plataformas de intercambio deben ayudar en el desarrollo de las estrategias. Estas últimas pueden aplicarse a renovaciones o nuevas construcciones y se refieren tanto a la reutilización in situ o ex situ, como al diseño y a la construcción con vistas a la reutilización.

Así, en Inglaterra, GreenSquareAccord construirá viviendas de madera con el objetivo de promover su montaje, desmontaje y nuevo montaje y también la reutilización de sus componentes. En Francia, Paris Habitat utilizará la experiencia de proyectos piloto anteriores para llevar a cabo varias operaciones de renovación (en colaboración con la Ville de París y Backacia) con el propósito de duplicar su volumen de reutilización y de desarrollar una plataforma de intercambio de materiales. Con el fin de concienciarlos sobre el uso de materiales reutilizados, el proyecto neerlandés Woonbedrijf, tendrá por su parte como objetivo, involucrar a los futuros inquilinos y al vecindario en el proceso de creación de nuevas construcciones, también diseñadas con vistas a una futura deconstrucción. Por último, en Bélgica, Zonnige Kempen (acompañado en particular por Rotor) será responsable, entre otras cosas, de una renovación con almacenamiento y reutilización in situ, así como de la creación de una plataforma para el intercambio de materiales. Asimismo, comparará la tasa de recuperación de materiales provenientes de la deconstrucción a la de un proyecto similar pero realizado por demolición.


Se puede encontrar aquí una descripción más detallada de los diferentes proyectos piloto.

Reusing posidonia

En Formentera, en las Islas Baleares, el proyecto LIFE Reusing Posidonia, tenía como objetivo reducir significativamente la huella ecológica de un edificio de viviendas sociales utilizando recursos locales y técnicas artesanales, a la vez que demostraba la viabilidad de tales soluciones. El objetivo era reducir en un 50 % tanto las emisiones de CO2 vinculadas a la construcción, como su producción de residuos, manteniendo un coste adicional inferior al 5 %. Este proyecto de adaptación al cambio climático, acabado en 2018, consiste en la creación y monitorización de 14 viviendas de protección oficial pública. Dentro del programa europeo LIFE (LIFE12/ENV/ES/000079, categoria de Política y Gobernanza Medioambiental, LIFE+ 2012), esta liderado por una entidad pública cuyo objetivo es la promoción de vivienda protegida, el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI), en colaboración con la Dirección General de Energía y Cambió Climático de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares. Para lograr sus objetivos, los arquitectos del IBAVI se inspiraron en la arquitectura tradicional, utilizando principalmente recursos locales. Entre ellos, la posidonia, una hierba marina cuyas hojas muertas llegan a las playas y se utilizan como aislamiento, ¡y también como material reutilizado!

Más allá de los beneficios medioambientales, la dimensión económica y social también es importante para los responsables del proyecto, que declaran: “En lugar de invertir en una industria química situada a 1500 km, dedicaremos el mismo presupuesto en una mano de obra local poco cualificada”. Además de promover la vivienda social, se trata también de apoyar una industria artesanal local y ecológica. Una arquitectura de baja tecnología, combinando recursos disponibles en la isla (arenisca, arcilla, cerámica, cal aérea), materiales importados pero con certificación ambiental (madera, cal hidráulica) y materiales reutilizados, parece ser la combinación que permite alcanzar estos objetivos. Sin embargo, esta elección requiere tener en cuenta, desde la fase de diseño, los sistemas constructivos que integran estos materiales específicos. Asimismo se hizo hincapié en la eficiencia energética del edificio, de clase A, en particular mediante el uso de hormigón celular. Y la influencia de la arquitectura tradicional se refleja también en el diseño bioclimático de las viviendas. Las pérgolas, las persianas o los porches no son sólo decorativos, y lo mismo ocurre con los cables en la fachada, que facilitan el desarrollo de las plantas trepadoras.

Uno de los elementos clave del proyecto es la posidonia, protegida e indispensable para la conservación de las playas, y cuyo uso requiere una autorización. Sin embargo, la gran cantidad de posidonia que llega a las playas permite, de forma supervisada, extraer la capa superior. Estos volúmenes excesivos, podrían incluso servir como aislamiento para todas las nuevas construcciones de la isla. Por otra parte, varias pruebas han demostrado que una vez seca, no requiere tratamiento adicional, ya que la sal marina actúa como conservante y biocida.

Además del aprovechamiento de la posidonia, la reutilización también juega un papel importante en el proyecto. Así, las carpinterías interiores se componen de puertas y ventanas reutilizadas, y las puertas exteriores de la planta baja están realizadas con listones de madera de pino provenientes de antiguos somieres. Estos elementos reutilizados fueron suministrados por la Fundació Deixalles de Mallorca (fundación de economía solidaria trabajando en los ámbitos del medio ambiente y del tratamiento de residuos). Hechas de madera vieja, las puertas y ventanas han tenido en muchas ocasiones modificaciones en sus dimensiones y se utilizan como paneles correderos, lo que simplifica su integración en el proyecto. ¡En total, se reutilizaron más de cien elementos! Además de la reutilización de tierra excavada o de escombros de hormigón celular, está la reutilización de muchos palets, demasiado caros para ser enviados de vuelta al continente, y utilizados en la cubierta como estructura secundaria que soporta a los paneles OSB, una vez repartida la posidonia.

Finalmente, se lograron e incluso superaron los objetivos iniciales de reducción de residuos y emisiones de CO2, ya que la reducción de CO2 se evaluó en más del 63%. La lógica que recorre todo el proyecto, desde su diseño bioclimático, el uso de técnicas artesanales y materiales locales o reutilizados, hasta su finalidad social, ilustra la importancia de considerar la reutilización como componente, junto con otros principios, de un nuevo enfoque de la arquitectura y la construcción. Nuevas formas de hacer donde los materiales reutilizables disponibles son diferentes cada vez, al igual que los recursos naturales. En las Islas Baleares, se trataba de carpinterías y de posidonia. ¿Cuáles usaremos en otros lugares?


Todo el contenido de la pagina web del proyecto LIFE Reusinf Posidonia, así como el que reproducimos en este artículo, esta disponible bajo licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual (CC BY-NC-SA) 4.0. También contiene una publicación que detalla el proyecto, y que se puede descargar aquí. Además, una exposición itinerante dedicada al proyecto ha pasado por Sevilla, Madrid o Barcelona.

La filosofía de este proyecto inspiró a otros, incluido uno finalizado en 2021 en Palma de Mallorca, también de vivienda social y liderado por arquitectos del IBAVI. El uso de la piedra arenisca local y de la posidonia va acompañado esta vez de la reutilización para la cubierta de paneles de encofrado. En la página web de la revista Arquitectura Viva hay un artículo sobre este tema y otro sobre el proyecto de Formentera.

Reuse at school

Los proyectos belgas BRIC y MØDÜLL, de los que os hemos hablado aquí, combinan reutilización y formación, y están dirigidos principalmente a aprendices de los oficios técnicos de la construcción. Otros proyectos están más dirigidos a estudiantes de ingeniería o estudiantes de escuelas de arte y arquitectura. A continuación, encontrarán una lista no exhaustiva de proyectos con objetivos a veces diversos, pero que tienen en común una forma de experimentar con la reutilización:

  • La Brighton Waste House es un edificio compuesto en un 85% de residuos de la construcción. Alojado en un terreno de la University of Brighton (Reino Unido), los estudiantes lo usan a diario. Más de 300 estudiantes de arquitectura y diseño, así como aprendices en los oficios de la construcción participaron en su construcción, entre 2013 y 2014, bajo la dirección, entre otros, del arquitecto Duncan Baker-Brown. Este último también participó en la School of Re-construction que tuvo lugar como parte del proyecto europeo FCRBE y también es autor de “The Re-Use Atlas: A Designer’s Guide Towards a Circular Economy”.
  • Rural Studio es un programa de “concepción-realización” de la School of Architecture, Planning and Landscape Architecture of Auburn University (Alabama, EE. UU.) cuyo objetivo es sensibilizar a sus estudiantes sobre el contexto social de los proyectos de arquitectura, al tiempo que proporciona edificios para los más vulnerables. Más de 200 proyectos que involucran a aproximadamente un millar de estudiantes dando un lugar privilegiado a los materiales locales y económicos, incluidos muchos materiales reutilizados.
  • El espacio expositivo RAKE (RAKE Visningsrom) de Trondheim (Noruega) es el resultado de un taller realizado por y para estudiantes de las escuelas de arte y arquitectura de Trondheim, Oslo y Bergen, y que data de 2011. El pabellón, trasladado en 2014, pone de relieve la reutilización de los materiales, como en el caso de la envolvente exterior formada por ventanas reutilizadas. Sobre este tema, ver un artículo disponible en ArchDaily.
  • Los arquitectos noruegos de TYIN Tegnestue, que ya acompañaban el proceso de construcción del espacio expositivo RAKE, tenían la costumbre de involucrar a muchos estudiantes de arquitectura en sus proyectos integrando materiales locales y reutilizados. Asimismo, se llevaron a cabo numerosos proyectos en colaboración con las comunidades locales, particularmente en Asia, pero también en Europa. Por ejemplo, el proyecto Porto Marghera, realizado en Venecia en 2013 por alumnos de la Università Iuav di Venezia, consistía en un conjunto de estructuras hechas con madera reutilizada, proveniente del pabellón canadiense de la Bienal de Arquitectura del año anterior. Los estudiantes del Tecnológico de Monterrey, Puebla (México) y de la NTNU, Norges teknisk-naturvitenskapelige universitet (Noruega) participaron por su parte en el desarrollo de un pabellón de madera completamente reversible (Lyset paa Lista), en Lista (Noruega) en 2013.
  • El arquitecto sevillano Santiago Cirugeda, a través del estudio de arquitectura Recetas Urbanas, promueve la autoconstrucción, la autogestión y también la experimentación en una lógica de participación y apropiación ciudadana. Uno de sus temas favoritos es la reutilización de los materiales y en sus proyectos han participado muchos estudiantes. El espacio Aula Abierta se construyó en 2004 a partir de materiales reutilizados por estudiantes de la Universidad de Granada (Facultad de Bellas Artes). Fue posteriormente desmontado y reconstruido en Sevilla en 2012. En 2016 se inauguró la ampliación de la Escuela Superior de Diseño de Madrid llevada a cabo por y para los estudiantes y sus profesores. El proyecto bautizado La Escuela Crece puede presumir de hacer uso de un 85% de materiales reutilizados.
  • El festival Bellastock creado en Francia hace más de 15 años por la cooperativa de arquitectura del mismo nombre, propone cada año la creación de una ciudad efímera experimental a escala 1:1 a estudiantes principalmente de escuelas de arte o arquitectura. Los experimentos están relacionados, entre otras cosas, con la reutilización de los materiales. El festival se exportó al extranjero y llegó a Madrid, en 2012, 2013 y 2014, liderado por el colectivo Madstock.
  • En Francia, en el marco del proyecto educativo Pôle 21 y de su docencia en la École Nationale Supérieure d’Architecture (ENSA) Marseille, Jean-Marc Huygen, también autor de libro “La poubelle et l’architecte – Vers le réemploi des matériaux” sobre reutilización y al origen del proyecto para una red europea de reutilización lanzado en 2009, participa en experimentos que implican materiales sostenibles o reutilizados. Estudiantes de la ENSA Marseille y de la Université Grenoble Alpes (UGA) y luego de la ENSA Grenoble practican la recolección de materiales y la autoconstrucción en el pueblo de Barjols, o más recientemente en los pueblos de Correns o de Eurre. Para obtener más información, en francés, consultar la obra colectiva “Pôle 21 – 2 ans de réemploi à Barjols”, así como un artículo en la página web de la UGA. Anteriormente, de 2010 a 2012, siempre según la misma lógica, Jean-Marc Huygen acompañado de numerosos estudiantes, ya había participado en los experimentos llevados a cabo en una antigua manufactura de tabaco, la Friche la Belle de Mai (Marsella). Más información sobre este tema en la web matieras.eu.
  • Como parte de una iniciación a la reutilización en la construcción para estudiantes de arquitectura e ingeniería (UGA y ENSA Grenoble), supervisada por la agencia NA architecture (Francia), se realizaron y expusieron en Grenoble (Francia) dos prototipos de marquesinas para bicicletas.
  • Como parte de su enseñanza en la ENSA Paris-Belleville y en la ENSA Bretagne, el arquitecto francés Cyrille Hanappe (AIR Architectures y Actes et Cités) lleva a sus estudiantes a trabajar con habitantes en situaciones precarias, haciendo uso de la reutilización. Participaron, por ejemplo, en el diseño de una cocina colectiva para los habitantes de un barrio de chabolas (reutilización de puertas y ventanas), así como en el de un lavadero y de una sala comunitaria (reutilización de madera de cajas de mudanza, letreros, ventanas).
  • El Atelier Na (Francia), que lleva a cabo experimentos relacionados con la reutilización, tomo parte en escuelas de verano, seminarios o obras participativas, realizo también dos módulos a partir de materiales reutilizados en colaboración con estudiantes del Institut National des Sciences Appliquées (INSA) de Estrasburgo (Francia).
  • El colectivo de arquitectos raumlaborberlin (Alemania), especializado en proyectos participativos con materiales considerados como residuos, organizó un taller en 2011, en el que participaron estudiantes de toda Italia, para construir la Officina Roma, una villa efímera formada por botellas, puertas de coche y bidones de gasolina, entre otras cosas. El proyecto se realizó en el marco de la exposición “Re-Cycle: Strategies for Architecture, City and Planet” propuesta por el MAXXI (Museo nazionale delle arti del XXI secolo) en Roma en 2012. En 2018, en Berlín, el colectivo construyó con numerosos estudiantes la Floating University, un lugar de estudio e investigación que desde entonces se ha convertido en una asociación. Sobre la Officina Roma, ver este artículo de Designboom y sobre la Floating University, este otro artículo de ArchDaily.
  • En el marco del German National Garden Show (BUGA) en Heilbronn (Alemania) en 2019, estudiantes del Karlsruher Institut für Technologie (KIT) participaron junto a profesores en la creación del Mehr.WERT.Garten (Added.VALUE.Garden) y del Mehr.WERT.Pavilion. El pabellón y su entorno están compuestos principalmente por materiales reutilizados o reciclados, como el metal reutilizado que compone la estructura o el vidrio con el que está realizada la envolvente.
  • El taller Ephemeral Permanence 1:1, realizado en 2022 en el marco de la quinta International Conference on Structures and Architecture, en Aalborg (Dinamarca), permitió a estudiantes de diferentes universidades experimentar una construcción circular. La reutilización de materiales (columnas metálicas, vigas y paneles de madera, bloques de hormigón, ladrillos, tejas) y el diseño de un pequeño pabellón totalmente desmontable (uso de mordazas metálicas y de cuerdas elásticas para el montaje) fueron parte de este experimento cuyos supervisores también procedían de diferentes universidades (Aalborg University, ETH Zürich y University of Antwerp). He aquí un artículo sobre este tema en ArchDaily.
  • Recordamos también la participación de los alumnos de la ZHAW (Fachhochschule de Zurich en Winterthur, Suiza) en el trabajo de los arquitectos del Baubüro in situ.

BRIC

En el marco de un programa regional de economía circular (Programme Régional en Économie Circulaire – PREC/Be Circular) y apoyado por el proyecto europeo BAMB (Building as Material Banks, del que os hablábamos por aquí), nació en Bruselas el proyecto BRIC (Build Reversible In Conception). Vio la luz más concretamente en el seno del efp, un centro de formación en alternancia, un sistema de estudio y trabajo, entre otros, de los profesionales de la construcción. BRIC es un edificio sostenible, modular y evolutivo, que integra a la perfección los principios de la economía circular y de la reversibilidad. Construido por y para aprendices del efp, es una herramienta didáctica y pedagógica que permite experimentar pero también formar y sensibilizar a los futuros profesionales de la construcción acerca de prácticas circulares. Y como tal, la reutilización de los materiales de construcción es uno de los grandes objetivos del proyecto. Cabe señalar que más allá de la reutilización y de la integración de los principios de reversibilidad, es también a través del suministro local de materiales sostenibles, de la autonomía energética, de la gestión de aguas pluviales y de la recuperación de aguas grises que el BRIC garantiza un alto rendimiento ambiental.

El proyecto esta constituido por tres edificios sucesivos, BRIC 1, BRIC 2 y BRIC 3, construidos mayoritariamente con materiales del edificio anterior. Cada pabellón tiene su propia apariencia, volumetría y uso. El ciclo de construcciones, deconstrucciones y reconstrucciones se extendió durante 4 años y el BRIC 3, un estudio de radio, se inauguró en junio de 2021. Aunque algunos de los materiales del BRIC 1 ya eran materiales reutilizados (chapas metálicas, suelos de madera, revestimientos y carpinterías), es sobre todo gracias a un diseño reversible que se pudo poner en marcha una verdadera estrategia de reutilización. Asimismo, después de la primera deconstrucción, se realizó un inventario y los arquitectos de la oficina Karbon’ (Karbon’ architecture et urbanisme) pudieron trabajar en el diseño del BRIC 2 integrando los materiales desmontados. Con la misma lógica, los arquitectos realizaron una ampliación del edificio para transformarlo en el BRIC 3. En total, cientos de estudiantes de 11 ramas pudieron formarse a través de la práctica durante la construcción de los distintos pabellones.

Instalado sobre una plataforma montada sobre bases amovibles, el armazón constructivo del BRIC está formado por una serie de columnas y cajas de madera que pueden juntarse según varias configuraciones. Los ensamblajes son mecánicos, y la ubicación de los tornillos está marcada para facilitar el desmontaje. La chapa se utilizó sucesivamente para cubiertas y revestimientos, y los paneles de madera que inicialmente formaban parte del revestimiento se reutilizaron por su parte en forma de tejas y luego de escamas, mediante cortes sucesivos. Aunque los revestimientos a base de arcilla se pueden reutilizar con relativa facilidad, los aprendices pudieron constatar en cambio que la madera maciza es más adecuada para ciclos sucesivos de reutilización que los tableros de OSB. También pudieron observar que el aislamiento de fibra de celulosa, que es rápido de instalar, requiere una aspiración más compleja durante la deconstrucción, así como la perforación de las cajas en varios puntos. Los paneles de fibra de madera parecen proporcionar una mayor flexibilidad.


Varias publicaciones sobre las diferentes etapas del proyecto BRIC se pueden consultar en la página web del proyecto BAMB. En la página web Archi Urbain se puede ver, en francés, un vídeo presentando la última versión del proyecto, BRIC 3.

Otro proyecto bruselense también da un lugar privilegiado a la reutilización y a la formación de futuros agentes del sector de la construcción: en el marco de un concurso organizado por el CDR Construction, estudiantes de Bruselas se formaron en la obra de construcción de un edificio modular, desmontable y transportable, MØDÜLL (2015) seguido de MØDÜLL 2.0 (2017). Más información, en francés, en el Guide Bâtiment Durable.

BAMB

El proyecto europeo de investigación e innovación (Horizon 2020) BAMB (Buildings As Material Banks) reunió a 15 socios de 7 países con el propósito de instaurar una lógica circular en el sector de la construcción. Durante 4 años, de 2015 a 2019, el objetivo de estos socios fue devolver su verdadero valor a los materiales de construcción con el fin de evitar que terminen como residuos. Se utilizaron principalmente dos herramientas: el pasaporte de materiales (Materials Passport) y el diseño de edificios reversibles (Reversible Building Design). Estas fueron acompañadas por directivas, recomendaciones políticas y nuevos modelos económicos circulares. Seis proyectos piloto han permitido poner a prueba esta nueva estrategia y varias publicaciones, que se pueden consultar en la página web del proyecto BAMB, dan testimonio de la experiencia adquirida.

El diseño de edificios reversibles, simplificando su renovación, transformación interior o exterior y la reutilización de sus componentes, se ha puesto a prueba en particular en Bélgica (Circular Retrofit Lab y Build Reversible In Conception), en Bosnia y Herzegovina (Green Design Centre) y en los Países Bajos (Green Transformable Building Lab). En consecuencia, se han considerado o puesto en práctica escenarios de deconstrucción, transformación y reconstrucción en situaciones reales o mediante módulos experimentales, ¡todo ello dando un lugar privilegiado a la reutilización! Estos proyectos también incluían una dimensión educativa, ya que el Green Design Center tenía como objetivo convertirse en un centro público de información. El BRIC (Build Reversible In Conception) fue por su parte construido por y para los alumnos de un centro de formación profesional (efp), mientras que el Circular Retrofit Lab servió como laboratorio para los estudiantes de la Vrije Universiteit Brussel (VUB).

Además, se probó otro diseño reversible a través del desarrollo de la estructura desmontable y adaptable de una exhibición itinerante (Reversible Experience Modules). En esta última se presentaron una serie de productos y sistemas de construcción diseñados con vistas a una posible futura reutilización. Cada material iba acompañado de un pasaporte virtual, una especie de guía sobre cómo desensamblarlos y evitar así los desperdicios. El pasaporte de materiales también se probó en una situación real en Alemania (New Office Building). ¡Y por supuesto, se tuvo en cuenta el potencial de reutilización de estos materiales!

Ferme du Rail

La Ferme du Rail, inaugurada en París en 2019, es un equipamiento de barrio en torno a la agricultura urbana. Situado en un terreno de difícil acceso, junto a una vía de ferrocarril en desuso, es un espacio de producción agrícola pero también un lugar de solidaridad, alojamiento, formación, restauración y encuentro. Los dos edificios de la granja agrupan en torno a una huerta central un comedor-restaurante, un almacén y un invernadero, a los que se suman veinte alojamientos destinados a trabajadores en riesgo de exclusión social y estudiantes de ingeniería, arquitectura u horticultura. Esta granja low-tech, con diseño bioclimático, materiales renovables o reutilizados, que mira hacia la permacultura y tiene una finalidad social, nació de la convocatoria de proyectos urbanos innovadores Réinventer Paris, lanzada en 2014.

En el origen del proyecto encontramos la cooperativa de arquitectos Grand Huit, que sitúa su acción en el ámbito de la economía circular pero también social y solidaria, así como la paisajista Mélanie Drevet. Estos habitantes y usuarios del barrio se rodearon de una serie de actores que se iban a convertir en los futuros operadores del lugar, como la empresa de integración Travail et Vie, las asociaciones Atoll 75 y Bail Pour Tous, y también la organización Réhabail que llegara a ser promotora del proyecto. Esto se hace dentro de un contexto particular, ya que el ayuntamiento de París sigue siendo propietario del terreno, cedido en virtud de un contrato de arrendamiento de 50 años. El acceso al suelo, facilitado por los poderes públicos, se completa con un mosaico de financiación pública y privada. Esto permite prever un programa ambicioso tanto desde el punto de vista ecológico como social. La reutilización de los materiales, que responde a estos dos imperativos, es un elemento importante para los diseñadores, para quienes “reutilizar los materiales y trabajar con personas en integración responde a la misma lógica. No volver a tirar y no volver a excluir”¹.

Trabajar con “lo que ya está”, con “lo que queda” se convierte para los miembros de Gran Huit en uno de los aspectos de una nueva forma de trabajar. Para ellos, la reutilización, la “valorización de lo abandonado”, tiene una dimensión práctica pero deriva sobre todo de una postura moral y política: “la reutilización no es ante todo la explotación de nuevos «yacimientos», sino la reivindicación de una atención inédita hacia la materia y las personas”¹. Más allá de los imperativos ambientales, para los arquitectos es una manera de “preservar el acceso al trabajo para todos, significante y no opresivo”¹, ya que elegir una reutilización local también es una forma de reintroducir la función obrera y artesanal en el centro de la ciudad.

Por otro lado, insisten en la dimensión memorial de la reutilización. Porque si entre los frenos a la reutilización, el más importante parece quizás el ideológico, conviene “educar las miradas para percibir la belleza de los abandonados que han vuelto a ser deseables”¹. Devolver su verdadero lugar a los materiales y a quienes trabajan con ellos, y por tanto al proceso. Esto los lleva a recuperar el verdadero valor del tiempo de la obra de construcción. Se trata, de asociar a los futuros usuarios desde muy temprano, abriéndo la entrada a la obra de construcción, iniciando además determinadas actividades en el lugar antes incluso de su desarrollo final. La idea es hacer de la obra de construcción un espacio democrático de creación, con un ambiente favorable a la formación. Varias empresas de integración participaron también el la construcción de la granja, confiándoles 5 lotes de los 16 lotes técnicos. He aquí otro intento para devolverle a la arquitectura su dimensión social, en oposición a una arquitectura-objeto. Además se ha realizado una ACV para dar idea de los beneficios a atribuir al edificio, de muy bajo impacto ambiental (estructura de madera, aislamiento de paja, revestimiento de madera de castaño, uso de materiales renovables y reutilizados). Sin embargo, este análisis no tiene en cuenta el aspecto social del proyecto. Por ello, los arquitectos abogan por nuevos indicadores de riqueza y un enfoque del “coste global” de cada proyecto que integre este aspecto.

He aquí una lista de materiales reutilizados en el proyecto:

  • ventanas de madera provenientes de edificios de viviendas sociales renovados, transformadas en jardineras utilizadas en la cubierta a modo de barandilla (madera arenada y reensamblada en paneles) o en suelo de madera a la testa para la sala común (mismo stock de madera, esta vez trozeado), todo ello realizado por el Atelier R-are;
  • madera contrachapada procedente de la Semana de la Moda y destinada a la fabricación de armarios para los dormitorios;
  • piedras de las calles de Paris provenientes de los almacenes de la ciudad y utilizadas en el jardín (muros de contención de piedra seca, escalones, pavimento);
  • lonas publicitarias provenientes de la Réserve des Arts transformadas en estores por Les Résilientes;
  • Baldosas desparejadas procedentes de excedentes de stock y destinadas a los baños (la identidad específica de cada uno requiere un despiece cada vez diferente).

El descubrimiento de la reutilización y de su adecuación con un enfoque ecológico y social llevó a los arquitectos a desarrollar esta práctica. Así, el proyecto de la Maison des Canaux de París, cuya construcción está en curso y que pretende ser un referente para la economía circular, social y solidaria, tiene la misión de convertirse en un demostrador de la reutilización. Proyecto piloto realizado en el marco del proyecto europeo FCRBE, del que ya os hablamos aquí, ¡tiene como objetivo integrar del 70 al 100% de materiales procedentes de una reutilización local!


¹ Este artículo está inspirado en gran medida en el libro La Ferme du Rail – Pour une ville écologique et solidaire escrito en francés por Clara y Philippe Simay, miembros de la cooperativa Grand Huit, y publicado en 2022 por Actes Sud, en la colección “Domaines du possible”. Las diversas citas están tomadas de él y traducidas al castellano por Adokin.

Más específicamente sobre la reutilización, podemos encontrar una presentación de Clara Simay, realizada en el marco del ICEB Café el 19 de septiembre de 2019, disponible en la página web del ICEB.

#DEF – DfD

Las siglas DfD hace referencia en inglés a Design for Deconstruction o Design for Disassembly (Diseño para la Deconstrucción o Diseño para el Desmontaje). En 2020, la Comisión Europea propuso en una de sus publicaciones (Circular Economy – Principles for Building Design) la siguiente definición de Design for Deconstruction: “Approach to the design of a product or structure that facilitates deconstruction at the end of its useful life, in such a way that components and parts can be reused, recycled or recovered for further economic use or, in some other way, diverted from the waste stream”. Se trata pues de tener en cuenta, desde la fase de diseño, la futura deconstrucción, parcial o total, de un edificio. Y ello con el fin de simplificar la reutilización o reciclaje de sus componentes y materiales, reduciendo así la producción de residuos y el consumo de materias primas. Por lo tanto, este enfoque tiende a hacer que la deconstrucción sea más ventajosa que la demolición.

Sin embargo, la reflexión sobre el final de la vida de los edificios y de sus componentes no debe ocultar el efecto perverso que podría provocar la visión de construcciones con una vida útil limitada. Por tanto, conviene actuar para alargar su vida útil y la de los elementos que los componen. El proceso de creación de un edificio, teniendo en cuenta la deconstrucción o el desmantelamiento, ha ampliado su campo de acción a la adaptabilidad, en particular a través del concepto de DfD/A o Design for Disassembly and Adaptability. Esta vez, se tiene en cuenta el mantenimiento, la rehabilitación o la transformación de un edificio, pero también la reparación o sustitución de sus componentes, y ya no sólo su desmontaje. En cualquier caso, promover la prolongación de la vida útil de las construcciones, permitiendo, por ejemplo, la sustitución de sus materiales o planificar su deconstrucción son conceptos que ponen, sin duda, en el punto de mira la reutilización. También hay otras estrategias circulares que se asemejan a estos conceptos, como el design for longevity and durability, el design for change (DfC) o el diseño de edificios reversibles (reversible building design). Por último, cabe señalar que la mayoría de los conceptos mencionados aquí no se limitan a la construcción y pueden, por supuesto, extenderse a otras áreas.

La elección de los materiales y de las técnicas de construcción está en el corazón del proceso de diseño para la deconstrucción y de diseño de edificios reversibles. De hecho, los materiales deben ser suficientemente resistentes y su ensamblaje debe permitir un desmontaje rápido y económico, evitando en particular el uso de equipos pesados. Las conexiones serán accesibles y removibles, y se dará prioridad a las fijaciones mecánicas. Se preferirán, por ejemplo, los ensamblajes empernados, atornillados o clavados a los ensamblajes químicos no removibles como la mayoría de los aglutinantes, selladores, pegamentos o soldaduras. A todo esto, por supuesto, hay que añadir una buena transmisión de información sobre estas técnicas y materiales.


Numerosos trabajos sobre el tema provienen del mundo anglosajón. En concreto, la EPA (United States Environmental Protection Agency) ha publicado un documento sobre el Design for Deconstruction así como información sobre varios proyectos piloto. Por su parte, el Hamer Center for Community Design (The Pennsylvania State University) ha redactado una guía dedicada al Design for Disassembly. En Europa, además de la publicación de la Comisión Europea, el proyecto europeo BAMB también ofrece un protocolo de diseño de edificios reversibles (Reversible Building Design). Además, hay un artículo disponible sobre este tema en Archdaily, y otro en el blog de la Fundación Arquia.

Stars of reuse

El premio Pritzker de arquitectura acaba de ser otorgado a Diébédo Francis Kéré (Burkina Faso). Esta elección, parece confirmar la tendencia de un premio que deja un poco de lado el brillo, para centrarse más en un proceso de creación que respeta el medio ambiente y las sociedades. No es coincidencia que muchos ganadores recientes del premio Pritzker, también lo sean del Global Award for Sustainable Design. En el centro de estas preocupaciones, la reutilización gana terreno en muchos proyectos. El enfoque de Diébédo Francis Kéré es colaborativo, reinterpreta los métodos constructivos tradicionales y se interesa por los recursos locales como la tierra o la madera, pero también por los materiales reutilizados. La sencillez constructiva y la elección de los materiales permite, entre otras cosas, una reapropiación de las técnicas por parte de los habitantes, en una lógica de autoconstrucción y contribuye al desarrollo de una verdadera economía local. La educación parece especialmente importante a los ojos del arquitecto que construye muchas escuelas, comenzando por la escuela primaria de Gando (2001, Burkina Faso), su pueblo natal. En un proyecto similar, el de la escuela secundaria Schorge (2016, Burkina Faso), la estructura del techo del edificio así cómo paneles de encofrado proporcionaron el metal y la madera con los que se fabricaron las sillas que usan los estudiantes. Los desechos de la obra se convierten, por lo tanto, en nuevos recursos, ¡locales y económicos!

Otros ganadores del premio Pritzker hacen también uso de la reutilización. El caso más conocido es sin duda el de Wang Shu (China), quien junto a Lu Wenyu dentro de Amateur Architecture Studio, es el autor del Museo de historia de Ningbo (2008, China). En efecto, las fachadas del museo están decoradas aleatoriamente con materiales recuperados durante las demoliciones del casco antiguo. El proceso se repetirá más adelante, destacando la destrucción de toda una parte de la arquitectura tradicional china. Durante la Bienal de Arquitectura de Venecia, en 2006, el arquitecto también montó el Tiled Garden, compuesto por 66000 tejas recuperadas de edificios destruidos en la región de Hangzhou (sobre la obra de Wang Shu, ver dos artículos en Archdaily aquí o aquí). Los arquitectos Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal (Francia), a menudo acompañados por Frédéric Druot, a través de sus proyectos de transformación de edificios de viviendas, nos enseñan que la demolición está lejos de ser siempre la mejor solución. Por su parte, Alejandro Aravena (Chile) de la oficina Elemental, crea conjuntos de viviendas fomentando la autoconstrucción y prácticas vinculadas a la reutilización. Los edificios de diseño abierto (los planos son de libre acceso en la página web de la agencia) son un marco que facilita la apropiación por parte de los habitantes, la transformación y el ensamblaje de diversos materiales. Él mismo puso en práctica la reutilización durante la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2016, donde se recuperaron más de 90t de materiales (lo contábamos aquí). El arquitecto Balkrishna Doshi (India) también contribuye a la construcción de viviendas sociales, pero es su propia oficina llamada Studio Sangath, la que construyó utilizando materiales reutilizados, cómo por ejemplo muchas baldosas de cerámica, provenientes de otras obras (ver un artículo sobre este tema en Archdaily). Por último, Shigeru Ban (Japón) se ha especializado en arquitecturas que se pueden desmontar, transportar y, por tanto, reutilizar. Sus estructuras de madera o cartón se utilizan en campos a veces muy diversos cómo el de la arquitectura de emergencia, con el diseño de refugios temporales (ver un artículo en Archdaily sobre este tema), de una iglesia o de una sala de conciertos, también efímeras. Con el mismo enfoque concibió un edificio de oficinas o un museo nómada. Por otro lado, el arquitecto incorporó los ladrillos recuperados de los escombros del terremoto ocurrido en Nepal en 2015, que a la estructura de madera de nuevas construcciones (ver un artículo en Designboom sobre este tema).

Por supuesto, la práctica de la reutilización no se limita a los ganadores de premios de arquitectura. De hecho, para algunos de ellos, la reutilización es solo un gesto arquitectónico puntual, a diferencia de numerosos arquitectos o constructores más anónimos. Sin embargo, los premios tienen la ventaja de hacer visible y de legitimar un planteamiento que todavía se descarta en gran medida. Otras “estrellas” de la disciplina, no galardonadas del Pitzker, también ayudan a visibilizar esta práctica. Así, son por ejemplo las tejas antiguas provenientes de construcciones locales las que Kengo Kuma (Japón) utilizó tanto en la fachada como en el techo del China Academy of Art’s Folk Art Museum (2015, China). A menor escala, reutilizó in situ, en la fachada del Murai Masanari Art Museum (2003, Japón), los materiales de un antiguo edificio. En Europa, los arquitectos de la oficina Mecanoo (Países Bajos) crearon un mosaico de piedras y ladrillos antiguos para formar la fachada principal del Netherlands Open Air Museum (2000, Países Bajos). Con el mismo espíritu, utilizaron viejas tablestacas procedentes de ataguías y recuperadas en un canal, para crear la fachada del museo Kaap Skil (2011, Países Bajos). De esta manera se pone de relieve, la reutilización tradicional de la madera flotante por parte de los habitantes de la región lo (ver un artículo sobre este tema en la página web Opalis). Los arquitectos de la oficina MVRDV (Países Bajos) también se interesaron por la reutilización al crear el pabellón neerlandés para la Bogotá Book Fair (2016, Colombia). El sistema modular implementado combinaba elementos desmontables y recombinables, que fueron reutilizados como bibliotecas en diferentes áreas de la ciudad. Por último, el proyecto piloto ZEB Pilot House (2014, Noruega) de los arquitectos de Snøhetta (Noruega), es un experimento con vistas a conseguir un edificio “cero emisiones”. La construcción es autosuficiente en energía, y además ¡se compone sobre todo de muchos materiales reutilizados!