Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular

Si analizamos la ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, ¿qué descubrimos sobre la reutilización? Algunas cosas que ya conocemos y otras más novedosas, aunque no estén todavía acompañadas del arsenal de medidas prácticas para poder desarrollarlas al completo.

Primero, recordemos que la ley (artículo 2) marca una diferencia clara entre preparación para la reutilización y reutilización, tratándose en un caso de una operación de valorización de desechos y en el otro no, como lo esclarecen las siguientes definiciones (algunas de las cuáles ya os hemos presentado, aquí o aquí):

«Preparación para la reutilización»: la operación de valorización consistente en la comprobación, limpieza o reparación, mediante la cual productos o componentes de productos que se hayan convertido en residuos se preparan para que puedan reutilizarse sin ninguna otra transformación previa y dejen de ser considerados residuos si cumplen las normas de producto aplicables de tipo técnico y de consumo.

artículo 2 – y)

«Reutilización»: cualquier operación mediante la cual productos o componentes de productos que no sean residuos se utilizan de nuevo con la misma finalidad para la que fueron concebidos.

artículo 2 – aw)

Esta diferencia entre desechos y recursos sigue siendo primordial y recalca la importancia de las estrategias de prevención que incluyen la reutilización. La prevención, de hecho, se define de la siguiente manera:

«Prevención»: conjunto de medidas adoptadas en la fase de concepción y diseño, de producción, de distribución y de consumo de una sustancia, material o producto, para reducir:

1.º La cantidad de residuo, incluso mediante la reutilización de los productos o el alargamiento de la vida útil de los productos.

artículo 2 – z)

A recalcar, que la prevención se concibe tanto en la fase de concepción (recordemos la idea del DfD) como durante la vida útil. De todos modos, la reutilización, concebida como una de las medidas preventivas, es parte del peldaño más alto de la jerarquía de tratamiento de residuos, definida más adelante en el artículo 8, del que ya os hemos hablado y que recordamos aquí:

a) Prevención, b) preparación para la reutilización, c) reciclado, d) otro tipo de valorización, incluida la valorización energética y e) eliminación.

artículo 8 – 1.

En el artículo 18, se detallan aquellas medidas de prevención. Una vez más resalta la importancia de trabajar en la fase de concepción tanto como durante y al final de la vida útil:

Fomentar el diseño, la fabricación y el uso de productos que sean eficientes en el uso de recursos, duraderos y fiables (también en términos de vida útil y ausencia de obsolescencia prematura), reparables, reutilizables y actualizables.

artículo 18 – 1. b)

Fomentar la reutilización de los productos y componentes de productos, entre otros, mediante donación, y la implantación de sistemas que promuevan actividades de reparación, reutilización y actualización, en particular para los aparatos eléctricos y electrónicos, pilas y acumuladores, textiles y muebles, envases y materiales y productos de construcción.

artículo 18 – 1. d)

Reducir la generación de residuos en la producción industrial, en la fabricación, en la extracción de minerales y en la construcción y demolición, tomando en consideración las mejores técnicas disponibles y las buenas prácticas ambientales.

artículo 18 – 1. f)

Aunque la ley marca unos objetivos generales de reducción de desechos – en 2025, un 13 % respecto a los generados en 2010, y en 2030, un 15 % respecto a los generados en 2010 (artículo 17) – es más específica tratándose del sector de la construcción (artículo 26):

La cantidad de residuos no peligrosos de construcción y demolición destinados a la preparación para la reutilización, el reciclado y otra valorización de materiales, incluidas las operaciones de relleno, con exclusión de los materiales en estado natural definidos en la categoría 17 05 04 de la lista de residuos, deberá alcanzar como mínimo el 70% en peso de los producidos.

artículo 26 – 1. b)

Sin embargo, estos objetivos no abarcan las medidas de prevención y los residuos tratados lo son a menudo en operaciones de relleno que implican una pérdida importante de valor. El artículo 30, en cambio, sobre residuos de construcción y demolición, nos parece especialmente interesante. Además de la clasificación por fracciones destinadas al reciclaje, subraya en el punto 2 la necesidad de clasificar los elementos susceptibles de ser reutilizados:

A partir del 1 de julio de 2022, los residuos de la construcción y demolición no peligrosos deberán ser clasificados en, al menos, las siguientes fracciones: madera, fracciones de minerales (hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica y piedra), metales, vidrio, plástico y yeso. Asimismo, se clasificarán aquellos elementos susceptibles de ser reutilizados tales como tejas, sanitarios o elementos estructurales. Esta clasificación se realizará de forma preferente en el lugar de generación de los residuos y sin perjuicio del resto de residuos que ya tienen establecida una recogida separada obligatoria.

artículo 30 – 2.

En el siguiente punto, se añade:

La demolición se llevará a cabo preferiblemente de forma selectiva, y con carácter obligatorio a partir del 1 de enero de 2024, garantizando la retirada de, al menos, las fracciones de materiales indicadas en el apartado anterior, previo estudio que identifique las cantidades que se prevé generar de cada fracción, cuando no exista obligación de disponer de un estudio de gestión de residuos y prevea el tratamiento de estos según la jerarquía establecida en el artículo 8.

artículo 30 – 3.

No se especifican, sin embargo, las condiciones prácticas de aquella clasificación de los elementos susceptibles de ser reutilizados ni se fijan objetivos claros. Sin ello, es probable que se privilegié la solución del reciclaje cuyo sector es más estructurado, aunque sea inferior en la jerarquía establecida.

Acabamos con unas medidas interesantes, la de requisitos de ecodiseño y de libros digitales de materiales empleados en las nuevas obras de construcción:

Para facilitar lo anterior, se establecerá reglamentariamente la obligación de disponer de libros digitales de materiales empleados en las nuevas obras de construcción, de conformidad con lo que se establezca a nivel de la Unión Europea en el ámbito de la economía circular. Asimismo, se establecerán requisitos de ecodiseño para los proyectos de construcción y edificación.

artículo 30 – 3.

Mujeres invisibles

En las últimas décadas, el numero de alumnas en las escuelas de arquitectura del estado español se ha incrementado notablemente, pasando del 15% en la década de los ochenta a un porcentaje superior al 50% actualmente. Sin embargo, la mejora de la situación de las arquitectas en el ámbito profesional no es proporcional al incremento del número de alumnas. En el caso más concreto de Euskadi, es lo que pone en evidencia el estudio “Arquitectas (In)visibles en Euskadi” de 2020 realizado por la arquitecta Verónica Benedet, financiado por Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) que demuestra que “las arquitectas en Euskadi sufren desigualdades de distintas magnitudes en casi todos los ámbitos de la arquitectura, tanto en los espacios de docencia e investigación, como en el libre ejercicio de la profesión, en los puestos de liderazgo y, fundamentalmente, en el reconocimiento social de sus aportaciones”. Reflejo de ello es el plan de estudios de las escuelas de arquitectura que sigue centrado en la idea del genio y autor individual, omitiendo la aportación y el legado de las arquitectas en la historia, dejando así sin referentes femeninos a las alumnas. Por otra parte, el plan de estudios sigue mostrando predilección por las asignaturas formales para la creación de obra nueva, frente a otras como la rehabilitación o la restauración, olvidando la dimensión social de la arquitectura.

Una vez fuera de las escuelas llega la necesidad para las mujeres de adaptarse y encajar en el mundo profesional masculinizado en el que los hombres inspiran, todavía a día de hoy, mayor seguridad y profesionalidad a ojos del cliente, que pone muchas veces en duda la autoridad de las arquitectas. Además de la discriminación y de la precariedad laboral sufrida por muchas mujeres, la dedicación exclusiva a la profesión, aprendida e interiorizada desde el primer año de la carrera universitaria, hace que la mayoría de las mujeres terminen por abandonar parcial o totalmente su carrera profesional incompatible con los cuidados que recaen todavía mayoritariamente en ellas (la mitad de las mujeres entrevistadas por el estudio todavía llevan solas la carga domestica). Las mujeres desaparecen así poco a poco de los espacios de la profesión. El porcentaje de mujeres en servicios de arquitectura e ingeniería en Euskadi tanto como el porcentaje de arquitectas colegiadas en el País Vasco se acercan al 30%. En la ETSA de San Sebastián por ejemplo, sólo el 24% del personal docente e investigación son mujeres. El porcentaje de mujeres premiadas o publicadas es aún menor. Aunque el estudio de Verónica Benedet se centra en Euskadi, esta situación se repite en otros entornos. Es muy evocadora la lucha de Denise Scott Brown para ser reconocida (ver el artículo publicado en El País), como también lo es la invisibilización de las mujeres de la Bauhaus o de las pioneras de la arquitectura en España (ver otros artículos publicados en El País aquí y aquí).

Esta situación lleva las mujeres a la necesidad de buscar alternativas profesionales relacionadas con la arquitectura y la construcción, pero en las que se tenga en cuenta la aportación de las arquitectas y la perspectiva de género. Prácticas profesionales con una dimensión ambiental, social y cultural, con tendencia al trabajo colectivo, como por ejemplo, el urbanismo inclusivo, la rehabilitación, la restauración o la reutilización que pueden ayudar a deconstruir los cánones androcentricos, dando lugar a otro tipo de arquitectura más inclusiva. ¡Ojalá el sector de la reutilización sea consciente de esa capacidad transformadora!


El estudio “Arquitectas (in)VISIBLES en Euskadi” realizado por Verónica Benedet, en el que se basa este artículo, está disponible en la página web de Emakunde. Recoge antecedentes de investigaciones similares en los que cabe destacar el estudio “Where Are the Women? Measuring Progress on Gender in Architecture” publicado por la Association of Collegiate Schools of Architecture, ACSA (Estados Unidos y Canadá), el estudio “Equity and Diversity in the Australian Architecture Profession: Women, Work and Leadership” publicado por Parlour (Australia), así como el proyecto europeo TRIGGER (Transforming Institutions by Gendering Contents and Gaining Equality in Research). Existe una Asociación de mujeres arquitectas de España, AMAE (ver aquí un articulo de Archdaily sobre la creación de la asociación), una Unión Internacional de Mujeres Arquitectas (UIFA) fundada en París, y otra europea, Yes We Plan!. Cabe destacar también la pagina web UN DIA | UNA ARQUITECTA. Además, en 2022 se ha publicado el libro “Matilde Ucelay – La primera arquitecta española” de Inés Sánchez de Madariaga.

Circular economy actions

La legislación y las acciones políticas actuales para fomentar la economía circular ponen el foco en el reciclaje, a costa muchas veces de la reutilización. Como hemos visto anteriormente, las recomendaciones para reducir los desechos mencionando la reutilización se acompañan raramente de medidas concretas. Sin embargo, existen algunos casos prácticos en los que se han aplicado estas leyes o decisiones políticas y que abarcan la reutilización de los materiales de construcción. Todos estos ejemplos ponen en evidencia la importancia de los poderes públicos y van del simple apoyo o la recomendación hasta la obligación, siguiendo la lógica de actuación permitir, promover y obligar.

La serie de casos prácticos descritos al final de este artículo corresponde a ejemplos incitativos (con el objetivo de promover) u obligatorios (con el objetivo de obligar) en países y territorios donde ya se llevaron a cabo acciones previas para posibilitar la reutilización de materiales. La ausencia de una acción previa semejante en el estado español o en Euskadi no permite actualmente llevar a cabo acciones incitativas o obligatorias por parte de los poderes públicos. En un primer momento convendría, eso es lo que intenta hacer este blog, dar visibilidad y facilitar las prácticas de reutilización antes de planear otro tipo de acciones. Sin embargo, una visión general de lo que ya se está haciendo en el extranjero permite darse cuenta de a donde podríamos dirigirnos.

A continuación, una lista de algunos casos prácticos, empezando por ejemplos incitativos, desde la utilización de la contratación pública hasta el apoyo a empresas, las bonificaciones/prestaciones a proyectos o los incentivos fiscales:

  • En Bélgica, la Región Valona inició un estudio con el objetivo de dar prioridad a los materiales de reutilización en los pliegos de condiciones, así como una serie de recomendaciones para definir y desarrollar la contratación pública con el fin de promover la reutilización. Por otro lado, la Región de Bruselas, en el marco de su Programa Regional de Economía Circular, facilita una hoja de ruta con numerosas medidas, algunas de las cuales destinadas a hacerse progresivamente vinculantes. El frecuente funcionamiento de esta región mediante el principio de subsidiariedad lleva a apoyar al sector mediante convocatorias de proyectos (BeExemplary o BeCircular), de prestaciones o ventajas fiscales como la futura tasa del IVA del 6% para elementos reutilizados. Además, está previsto para 2021, entre otras medidas a favor de la reutilización, la obligación de un inventario pre-deconstrucción de los materiales.
  • En Seattle (EEUU), la obtención de un permiso de deconstrucción de edificios residenciales está vinculada, entre otras cosas, a la reutilización de un mínimo del 20% de los materiales de construcción ( quedan excluidos el asfalto, los ladrillos o el hormigón) y la necesidad de presentar un informe sobre las cantidades de elementos reutilizados y reciclados. Este proceso permite comenzar la deconstrucción antes de que se haya concedido el permiso de construir.

Aquí podemos ver una serie de ejemplos de carácter obligatorio, ligados a la obligación de un inventario pre-demolición (también denominado diagnóstico de recursos) y/o de una deconstrucción selectiva, a la obligación de dirigir algunos elementos procedentes de la deconstrucción hacia canales de reutilización, o la obligación de integrar elementos reutilizados en nuevos proyectos:

  • En Francia, el artículo nº51 de la reciente Ley n° 2020-105 del 10 de febrero del 2020 relativa a la lucha contra el despilfarro y a la economía circular, prevé la obligación durante algunas obras de demolición o rehabilitación significativa de edificios, de un diagnóstico relativo a la gestión de los productos, materiales y desechos, a fin de, con carácter prioritario, su reutilización o, en su defecto, de su valorización. El artículo nº59 de esa misma ley modifica el Código de medio ambiente francés y obliga a tener en cuenta la reutilización de los materiales a la hora de elaborar contratos públicos en el sector de la construcción.
  • En Portland (EEUU), se obliga a realizar una deconstrucción que permita la reutilización de los materiales en lugar de una simple demolición. Esta imposición abarca algunos edificios, como los edificios unifamiliares que tienen una estructura de antes de 1940 (ver aquí).
  • En el Cook County (EEUU), cuando se concede un permiso de demolición para edificios residenciales, se obliga a dirigir un mínimo del 5% de los materiales hacia canales de reutilización (ver aquí).

Este texto se basa en parte en un informe producido por Rotor en el marco del proyecto de investigación sobre materiales reutilizables en Bruselas “le bâti bruxellois source de nouveaux matériaux” (BBSM) y que propone líneas de acción para desarrollar la reutilización. Allí podemos encontrar algunos de los ejemplos citados, así como una cantidad enorme de informaciones sobre este tema.

Circular economy strategies

Parece que el último año es el elegido para comenzar la transformación de la economía hacía una economía circular. La Comisión Europea presentó el pasado 25 de marzo de este año el Circular Economy Action Plan, como una de las partes importantes del Pacto Verde europeo. El plan pone el foco en sectores con un alto uso de los recursos como la construcción, donde el potencial de circularidad es elevado, y presenta una nueva estrategia para un entorno construido sostenible que promoverá medidas para mejorar la durabilidad y flexibilidad de los espacios construidos, elaborará libros digitales de los edificios, revisará el Reglamento sobre los productos de la construcción, integrará la evaluación del ciclo de vida en la contratación pública mediante la herramienta Level’s o intentará revisar los objetivos para la recuperación de materiales de construcción.

Paralelamente la Comisión Europea presentó recientemente el documento Principles for Building Design en el que se dividen los objetivos a alcanzar en diferentes grupos de agentes, usuarios, equipos de diseño, constructores, fabricantes, equipos de deconstrucción y demolición, inversores y aseguradoras y por último agentes públicos. En el apartado sobre la deconstrucción se plantea la necesidad de identificar los recursos presentes en un edificio para promover la deconstrucción selectiva.

La Estrategia Española de Economía circular queda a la espera de la evaluación de la Comisión Europea de establecer un objetivo en torno a la preparación para la reutilización. La estrategia establece, sin embargo, que la construcción es uno de los sectores de acción prioritarios y respalda las prácticas de demolición selectiva o el análisis de ciclo de vida. Más información sobre la estrategia española en este artículo de la revista Construible.

Por su parte la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030 habla de manera general de la importancia de un modelo de economía que fomenta la reutilización, el reciclaje y la recuperación. Sin embargo, en el caso de la construcción se limita a mencionar la necesidad de mejorar la calidad de los estudios de gestión de los RCD o de su separación en obra, así como de la importancia del ciclo de vida en el diseño de los edificios. ¡Parece que habrá que esperar para que la reutilización y la deconstrucción selectiva sean un hecho en el territorio!

Sin embargo, algunas medidas más concretas, aunque no se aplican directamente a la reutilización de materiales de construcción, podrían ser también atribuidas a ella:

  • el objetivo de aumentar un 30% la tasa de utilización de materiales circulares;
  • la necesidad de nuevos materiales sostenibles y reemplazables;
  • la necesidad de una eco-concepción que permita la reparación o la reutilización, sobre todo de edificios;
  • poner de relieve la necesidad de la investigación, la formación, la sensibilización o la visibilidad;
  • la necesidad de algunas normas, guías o metodologías específicas, especialmente en el caso de la rehabilitación de edificios;
  • la idea de una tasa de desechos, de un mecanismos de verificación de las demoliciones selectivas o de un porcentaje de materiales reciclados a emplear;
  • la idea de puntos de colecta y de preparación a la reutilización de los residuos.

From linear to circular economy

Este esquema se inspira en un diagrama publicado por la página web de la Fundación Ellen MacArthur que tiene como objetivo acelerar la transición hacia una economía circular, y donde están disponibles informaciones sobre el tema.

Los procedimientos de la reutilización parecen pertenecer a menudo a la lógica de la economía circular. ¿Pero qué es lo que eso significa exactamente y en qué se diferencia la economía circular de la clásica economía linear? El hecho de plantearse esa pregunta, puede que la conteste en parte. En efecto, el actual modelo económico linear prioriza la extracción de materias primas, la fabricación y la venta de productos que se utilizarán para luego ser tirados. En el contexto de la escasez de materias primas y de profunda crisis ecológica, la economía circular intenta por su lado un enfoque y una gestión más sostenible de los recursos naturales, alargando la vida útil de los productos, reduciendo los desechos y reintroduciendo los recursos consumidos en el ciclo de producción. Es importante destacar que este procedimiento, aunque suele ir acompañado de una voluntad de justicia climática y social, no pone en duda la idea de crecimiento, sino que intenta desacoplar el crecimiento económico del consumo de recursos naturales.

La economía circular ha sido objeto de dos planes de acción a nivel europeo, el del 2015 y su sucesor en el 2020, consecutivo al Pacto Verde Europeo. Estos planes han sido transcritos a los diferentes niveles nacionales.

En España el gobierno acaba de aprobar (más información aquí), la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030, que presenta una serie de objetivos en ese ámbito alineándose con los objetivos europeos. En las páginas 8 y 9 podemos encontrar, con la voluntad de «una transición justa y solidaria hacia un nuevo modelo», lo que podría ser la definición de la economía circular:

« (…) se acuña el término de economía circular, concebida a partir de un ciclo de desarrollo y transformación, que avanza optimizando el uso de los recursos, fomentando la eficiencia de los sistemas productivos, promoviendo que productos, materiales y recursos permanezcan activos el mayor tiempo posible, y, paralelamente, disminuyendo la cuantía de los residuos generados. »

Ver sobre este tema la página web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Por su lado, el Gobierno Vasco publicó recientemente la Estrategia de Economía Circular de Euskadi 2030. En las páginas 8 y 9, podemos encontrar también una definición de la economía circular y de sus principios:

«En el nuevo modelo circular el ciclo de vida de los productos y materiales se mantiene durante el mayor tiempo posible; los residuos se reducen al mínimo; y los recursos se reintroducen repetidamente en el ciclo productivo creando valor cuando los bienes llegan al final de su vida útil. Supone pasar del «extraer, producir, usar y tirar» al «reducir, reutilizar y reciclar». En una economía circular la prevención y la reutilización son las palabras clave».

Por último, el concepto de economía circular aparece en el Código de medio ambiente francés en el 2015 (Article L110-1-1), ha sido el objecto de varias leyes y de una hoja de ruta publicada en el 2018 que presenta medidas concretas sobre este tema.

Re-use and employment

Como hemos visto aquí, la economía circular parece mostrar un gran potencial en cuanto a creación de empleo, ¿pero qué pasa concretamente con las prácticas de la reutilización?

Un informe publicado en 2015 por la organización europea RREUSE, representando a diferentes empresas sociales activas en la economía circular, la reutilización, la reparación o el reciclaje, basándose principalmente en datos americanos, señala que la reutilización proporciona muchos más empleos que el reciclaje y pone en evidencia la falta de apoyo político que recibe. El potencial de creación de empleo parece estar ligado a la jerarquía en el tratamiento de residuos preconizado por Europa y que se podría resumir según la regla de las 3R: reducir, reutilizar, reciclar.

He aquí una comparación, extraída del informe de RREUSE de los equivalentes a tiempo completo (ETC) potencialmente creados por el tipo de revalorización y por 10 000 t tratadas:

  • Incineración : 1 ETC
  • Deposito en vertedero: 6 ETC
  • Reciclaje : 36 ETC
  • Restauración/Reutilización : 296 ETC

Además de las cifras, es importante recalcar el aumento de número de empleos dependiendo del tipo de valorización.

Se puede ver este artículo de Residuos Profesional sobre la publicación de RREUSE.

Press corner

Se habla cada vez más de reutilización. La prensa europea se ha hecho eco de ello en los últimos meses. Numerosos artículos en inglés y francés presentan principalmente a los actores de la reutilización, pero también algunos de los frenos que hacen que esta práctica no sea todavía tan conocida y expandida como el reciclaje, por ejemplo. Otros, como en El país, se preguntan de manera más general sobre la necesidad de prácticas circulares en el sector de la construcción.

He aquí una selección de estos artículos:

¿A dónde irá a parar todo el hormigón del estadio Vicente Calderón?, El País (febrero 2020, ES)

The case for … never demolishing another building, The Guardian (enero 2020, EN)

Bâtiment : comment faire du déchet une ressource, Le Monde (noviembre 2019, FR)

Recyclage : dans le bâtiment, un modèle en chantier, Libération (noviembre 2019, FR)

En la prensa especializada francesa hemos encontrado estos artículos que hablan sobre el tema: el dosier de 2016 sobre reutilización de la revista AMC – Le Moniteur (marzo 2016, FR) y La Maison écologique (octubre-noviembre 2017, FR). En Suiza, la revista Tracés publicó en 2019 un número de la serie « filières » consagrado a la reutilización.

Circular economy and employment

Parece importante privilegiar una economía circular desde el punto de vista medioambiental, pero ¿cuál sería el impacto en términos de empleo? Aunque sea difícil facilitar cifras precisas, a priori, cuando nos interesamos a una práctica particular como la reutilización de materiales de construcción, todo parece indicar un fuerte potencial de creación de empleo.

En 2015 en el Reino Unido, el WRAP (The Waste & Ressources Action Programme) publicó un informe poniendo en evidencia la creación de empleo ligada a la economía circular. En Europa, más de 3,4 millones de personas forman parte de la población activa que trabaja en este ámbito y el desarrollo de la economía circular podría contribuir en 2030, a la creación de 1,2 a 3 millones de empleos brutos, así como a una disminución de 255 000 a 520 000 del número de personas en paro (estos datos representan los empleos netos creados).

Un desarrollo semejante al que conocemos actualmente conduciría así en 2030 a la creación de 135 000 empleos brutos en Francia, 81 000 en España y 19 000 en Bélgica. Nuevas medidas podrían aumentar significativamente estas cifras.

Un estudio del 2015 sobre los beneficios de la economía circular realizado por el Club de Roma a partir de bases de datos que se remontan al 2009, combinándolos con diferentes escenarios de acción (sobre energías renovables, la eficiencia energética, la utilización de materias recicladas o la extensión de la vida útil de los bienes) estimaba para 2030, una creación neta de más de 500 000 empleos en Francia y de más de 400 000 empleos en España!

Paris Agreement and European Green Deal

Schéma de présentation du pacte vert – 11 December 2019 – European Commission (Source)

El acuerdo de París sobre el cambio climático adoptado en 2015 durante la COP21, preveía la reducción de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero con el objetivo de mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C respecto a los niveles preindustriales de aquí a 2100. Mas allá de su aspecto poco restrictivo, ¿que representa este acuerdo para el sector de la construcción y para la reutilización en particular?

Los objetivos definidos y las medidas concretas puestas en marcha por los diferentes firmantes varían de un país a otro. El pacto verde Europeo presentado en diciembre de 2019, inscrito bajo la línea del acuerdo de parís prevé la creación de empleo y un plan de acción para la economía circular, así como medidas dirigidas específicamente a algunos sectores como el de la construcción y la idea de un “pasaporte electrónico” de los productos que facilite por ejemplo información sobre su origen, las posibilidades para la reparación o el desmontaje…

«La transición brinda la oportunidad de expandir la actividad económica sostenible e intensiva en creación de empleo.»

«(…) un nuevo plan de acción de la economía circular ayudará a modernizar la economía de la Unión y a aprovechar las oportunidades de la economía circular, tanto dentro de la UE como a nivel internacional.»

«El plan de acción dará prioridad a la reducción y reutilización de los materiales antes de su reciclado.»

Extractos de la comunicación de la Comisión Europea sobre el Pacto Verde Europeo.