BRIC

En el marco de un programa regional de economía circular (Programme Régional en Économie Circulaire – PREC/Be Circular) y apoyado por el proyecto europeo BAMB (Building as Material Banks, del que os hablábamos por aquí), nació en Bruselas el proyecto BRIC (Build Reversible In Conception). Vio la luz más concretamente en el seno del efp, un centro de formación en alternancia, un sistema de estudio y trabajo, entre otros, de los profesionales de la construcción. BRIC es un edificio sostenible, modular y evolutivo, que integra a la perfección los principios de la economía circular y de la reversibilidad. Construido por y para aprendices del efp, es una herramienta didáctica y pedagógica que permite experimentar pero también formar y sensibilizar a los futuros profesionales de la construcción acerca de prácticas circulares. Y como tal, la reutilización de los materiales de construcción es uno de los grandes objetivos del proyecto. Cabe señalar que más allá de la reutilización y de la integración de los principios de reversibilidad, es también a través del suministro local de materiales sostenibles, de la autonomía energética, de la gestión de aguas pluviales y de la recuperación de aguas grises que el BRIC garantiza un alto rendimiento ambiental.

El proyecto esta constituido por tres edificios sucesivos, BRIC 1, BRIC 2 y BRIC 3, construidos mayoritariamente con materiales del edificio anterior. Cada pabellón tiene su propia apariencia, volumetría y uso. El ciclo de construcciones, deconstrucciones y reconstrucciones se extendió durante 4 años y el BRIC 3, un estudio de radio, se inauguró en junio de 2021. Aunque algunos de los materiales del BRIC 1 ya eran materiales reutilizados (chapas metálicas, suelos de madera, revestimientos y carpinterías), es sobre todo gracias a un diseño reversible que se pudo poner en marcha una verdadera estrategia de reutilización. Asimismo, después de la primera deconstrucción, se realizó un inventario y los arquitectos de la oficina Karbon’ (Karbon’ architecture et urbanisme) pudieron trabajar en el diseño del BRIC 2 integrando los materiales desmontados. Con la misma lógica, los arquitectos realizaron una ampliación del edificio para transformarlo en el BRIC 3. En total, cientos de estudiantes de 11 ramas pudieron formarse a través de la práctica durante la construcción de los distintos pabellones.

Instalado sobre una plataforma montada sobre bases amovibles, el armazón constructivo del BRIC está formado por una serie de columnas y cajas de madera que pueden juntarse según varias configuraciones. Los ensamblajes son mecánicos, y la ubicación de los tornillos está marcada para facilitar el desmontaje. La chapa se utilizó sucesivamente para cubiertas y revestimientos, y los paneles de madera que inicialmente formaban parte del revestimiento se reutilizaron por su parte en forma de tejas y luego de escamas, mediante cortes sucesivos. Aunque los revestimientos a base de arcilla se pueden reutilizar con relativa facilidad, los aprendices pudieron constatar en cambio que la madera maciza es más adecuada para ciclos sucesivos de reutilización que los tableros de OSB. También pudieron observar que el aislamiento de fibra de celulosa, que es rápido de instalar, requiere una aspiración más compleja durante la deconstrucción, así como la perforación de las cajas en varios puntos. Los paneles de fibra de madera parecen proporcionar una mayor flexibilidad.


Varias publicaciones sobre las diferentes etapas del proyecto BRIC se pueden consultar en la página web del proyecto BAMB. En la página web Archi Urbain se puede ver, en francés, un vídeo presentando la última versión del proyecto, BRIC 3.

Otro proyecto bruselense también da un lugar privilegiado a la reutilización y a la formación de futuros agentes del sector de la construcción: en el marco de un concurso organizado por el CDR Construction, estudiantes de Bruselas se formaron en la obra de construcción de un edificio modular, desmontable y transportable, MØDÜLL (2015) seguido de MØDÜLL 2.0 (2017). Más información, en francés, en el Guide Bâtiment Durable.

BAMB

El proyecto europeo de investigación e innovación (Horizon 2020) BAMB (Buildings As Material Banks) reunió a 15 socios de 7 países con el propósito de instaurar una lógica circular en el sector de la construcción. Durante 4 años, de 2015 a 2019, el objetivo de estos socios fue devolver su verdadero valor a los materiales de construcción con el fin de evitar que terminen como residuos. Se utilizaron principalmente dos herramientas: el pasaporte de materiales (Materials Passport) y el diseño de edificios reversibles (Reversible Building Design). Estas fueron acompañadas por directivas, recomendaciones políticas y nuevos modelos económicos circulares. Seis proyectos piloto han permitido poner a prueba esta nueva estrategia y varias publicaciones, que se pueden consultar en la página web del proyecto BAMB, dan testimonio de la experiencia adquirida.

El diseño de edificios reversibles, simplificando su renovación, transformación interior o exterior y la reutilización de sus componentes, se ha puesto a prueba en particular en Bélgica (Circular Retrofit Lab y Build Reversible In Conception), en Bosnia y Herzegovina (Green Design Centre) y en los Países Bajos (Green Transformable Building Lab). En consecuencia, se han considerado o puesto en práctica escenarios de deconstrucción, transformación y reconstrucción en situaciones reales o mediante módulos experimentales, ¡todo ello dando un lugar privilegiado a la reutilización! Estos proyectos también incluían una dimensión educativa, ya que el Green Design Center tenía como objetivo convertirse en un centro público de información. El BRIC (Build Reversible In Conception) fue por su parte construido por y para los alumnos de un centro de formación profesional (efp), mientras que el Circular Retrofit Lab servió como laboratorio para los estudiantes de la Vrije Universiteit Brussel (VUB).

Además, se probó otro diseño reversible a través del desarrollo de la estructura desmontable y adaptable de una exhibición itinerante (Reversible Experience Modules). En esta última se presentaron una serie de productos y sistemas de construcción diseñados con vistas a una posible futura reutilización. Cada material iba acompañado de un pasaporte virtual, una especie de guía sobre cómo desensamblarlos y evitar así los desperdicios. El pasaporte de materiales también se probó en una situación real en Alemania (New Office Building). ¡Y por supuesto, se tuvo en cuenta el potencial de reutilización de estos materiales!

Ferme du Rail

La Ferme du Rail, inaugurada en París en 2019, es un equipamiento de barrio en torno a la agricultura urbana. Situado en un terreno de difícil acceso, junto a una vía de ferrocarril en desuso, es un espacio de producción agrícola pero también un lugar de solidaridad, alojamiento, formación, restauración y encuentro. Los dos edificios de la granja agrupan en torno a una huerta central un comedor-restaurante, un almacén y un invernadero, a los que se suman veinte alojamientos destinados a trabajadores en riesgo de exclusión social y estudiantes de ingeniería, arquitectura u horticultura. Esta granja low-tech, con diseño bioclimático, materiales renovables o reutilizados, que mira hacia la permacultura y tiene una finalidad social, nació de la convocatoria de proyectos urbanos innovadores Réinventer Paris, lanzada en 2014.

En el origen del proyecto encontramos la cooperativa de arquitectos Grand Huit, que sitúa su acción en el ámbito de la economía circular pero también social y solidaria, así como la paisajista Mélanie Drevet. Estos habitantes y usuarios del barrio se rodearon de una serie de actores que se iban a convertir en los futuros operadores del lugar, como la empresa de integración Travail et Vie, las asociaciones Atoll 75 y Bail Pour Tous, y también la organización Réhabail que llegara a ser promotora del proyecto. Esto se hace dentro de un contexto particular, ya que el ayuntamiento de París sigue siendo propietario del terreno, cedido en virtud de un contrato de arrendamiento de 50 años. El acceso al suelo, facilitado por los poderes públicos, se completa con un mosaico de financiación pública y privada. Esto permite prever un programa ambicioso tanto desde el punto de vista ecológico como social. La reutilización de los materiales, que responde a estos dos imperativos, es un elemento importante para los diseñadores, para quienes “reutilizar los materiales y trabajar con personas en integración responde a la misma lógica. No volver a tirar y no volver a excluir”¹.

Trabajar con “lo que ya está”, con “lo que queda” se convierte para los miembros de Gran Huit en uno de los aspectos de una nueva forma de trabajar. Para ellos, la reutilización, la “valorización de lo abandonado”, tiene una dimensión práctica pero deriva sobre todo de una postura moral y política: “la reutilización no es ante todo la explotación de nuevos «yacimientos», sino la reivindicación de una atención inédita hacia la materia y las personas”¹. Más allá de los imperativos ambientales, para los arquitectos es una manera de “preservar el acceso al trabajo para todos, significante y no opresivo”¹, ya que elegir una reutilización local también es una forma de reintroducir la función obrera y artesanal en el centro de la ciudad.

Por otro lado, insisten en la dimensión memorial de la reutilización. Porque si entre los frenos a la reutilización, el más importante parece quizás el ideológico, conviene “educar las miradas para percibir la belleza de los abandonados que han vuelto a ser deseables”¹. Devolver su verdadero lugar a los materiales y a quienes trabajan con ellos, y por tanto al proceso. Esto los lleva a recuperar el verdadero valor del tiempo de la obra de construcción. Se trata, de asociar a los futuros usuarios desde muy temprano, abriéndo la entrada a la obra de construcción, iniciando además determinadas actividades en el lugar antes incluso de su desarrollo final. La idea es hacer de la obra de construcción un espacio democrático de creación, con un ambiente favorable a la formación. Varias empresas de integración participaron también el la construcción de la granja, confiándoles 5 lotes de los 16 lotes técnicos. He aquí otro intento para devolverle a la arquitectura su dimensión social, en oposición a una arquitectura-objeto. Además se ha realizado una ACV para dar idea de los beneficios a atribuir al edificio, de muy bajo impacto ambiental (estructura de madera, aislamiento de paja, revestimiento de madera de castaño, uso de materiales renovables y reutilizados). Sin embargo, este análisis no tiene en cuenta el aspecto social del proyecto. Por ello, los arquitectos abogan por nuevos indicadores de riqueza y un enfoque del “coste global” de cada proyecto que integre este aspecto.

He aquí una lista de materiales reutilizados en el proyecto:

  • ventanas de madera provenientes de edificios de viviendas sociales renovados, transformadas en jardineras utilizadas en la cubierta a modo de barandilla (madera arenada y reensamblada en paneles) o en suelo de madera a la testa para la sala común (mismo stock de madera, esta vez trozeado), todo ello realizado por el Atelier R-are;
  • madera contrachapada procedente de la Semana de la Moda y destinada a la fabricación de armarios para los dormitorios;
  • piedras de las calles de Paris provenientes de los almacenes de la ciudad y utilizadas en el jardín (muros de contención de piedra seca, escalones, pavimento);
  • lonas publicitarias provenientes de la Réserve des Arts transformadas en estores por Les Résilientes;
  • Baldosas desparejadas procedentes de excedentes de stock y destinadas a los baños (la identidad específica de cada uno requiere un despiece cada vez diferente).

El descubrimiento de la reutilización y de su adecuación con un enfoque ecológico y social llevó a los arquitectos a desarrollar esta práctica. Así, el proyecto de la Maison des Canaux de París, cuya construcción está en curso y que pretende ser un referente para la economía circular, social y solidaria, tiene la misión de convertirse en un demostrador de la reutilización. Proyecto piloto realizado en el marco del proyecto europeo FCRBE, del que ya os hablamos aquí, ¡tiene como objetivo integrar del 70 al 100% de materiales procedentes de una reutilización local!


¹ Este artículo está inspirado en gran medida en el libro La Ferme du Rail – Pour une ville écologique et solidaire escrito en francés por Clara y Philippe Simay, miembros de la cooperativa Grand Huit, y publicado en 2022 por Actes Sud, en la colección “Domaines du possible”. Las diversas citas están tomadas de él y traducidas al castellano por Adokin.

Más específicamente sobre la reutilización, podemos encontrar una presentación de Clara Simay, realizada en el marco del ICEB Café el 19 de septiembre de 2019, disponible en la página web del ICEB.

#DEF – DfD

Las siglas DfD hace referencia en inglés a Design for Deconstruction o Design for Disassembly (Diseño para la Deconstrucción o Diseño para el Desmontaje). En 2020, la Comisión Europea propuso en una de sus publicaciones (Circular Economy – Principles for Building Design) la siguiente definición de Design for Deconstruction: “Approach to the design of a product or structure that facilitates deconstruction at the end of its useful life, in such a way that components and parts can be reused, recycled or recovered for further economic use or, in some other way, diverted from the waste stream”. Se trata pues de tener en cuenta, desde la fase de diseño, la futura deconstrucción, parcial o total, de un edificio. Y ello con el fin de simplificar la reutilización o reciclaje de sus componentes y materiales, reduciendo así la producción de residuos y el consumo de materias primas. Por lo tanto, este enfoque tiende a hacer que la deconstrucción sea más ventajosa que la demolición.

Sin embargo, la reflexión sobre el final de la vida de los edificios y de sus componentes no debe ocultar el efecto perverso que podría provocar la visión de construcciones con una vida útil limitada. Por tanto, conviene actuar para alargar su vida útil y la de los elementos que los componen. El proceso de creación de un edificio, teniendo en cuenta la deconstrucción o el desmantelamiento, ha ampliado su campo de acción a la adaptabilidad, en particular a través del concepto de DfD/A o Design for Disassembly and Adaptability. Esta vez, se tiene en cuenta el mantenimiento, la rehabilitación o la transformación de un edificio, pero también la reparación o sustitución de sus componentes, y ya no sólo su desmontaje. En cualquier caso, promover la prolongación de la vida útil de las construcciones, permitiendo, por ejemplo, la sustitución de sus materiales o planificar su deconstrucción son conceptos que ponen, sin duda, en el punto de mira la reutilización. También hay otras estrategias circulares que se asemejan a estos conceptos, como el design for longevity and durability, el design for change (DfC) o el diseño de edificios reversibles (reversible building design). Por último, cabe señalar que la mayoría de los conceptos mencionados aquí no se limitan a la construcción y pueden, por supuesto, extenderse a otras áreas.

La elección de los materiales y de las técnicas de construcción está en el corazón del proceso de diseño para la deconstrucción y de diseño de edificios reversibles. De hecho, los materiales deben ser suficientemente resistentes y su ensamblaje debe permitir un desmontaje rápido y económico, evitando en particular el uso de equipos pesados. Las conexiones serán accesibles y removibles, y se dará prioridad a las fijaciones mecánicas. Se preferirán, por ejemplo, los ensamblajes empernados, atornillados o clavados a los ensamblajes químicos no removibles como la mayoría de los aglutinantes, selladores, pegamentos o soldaduras. A todo esto, por supuesto, hay que añadir una buena transmisión de información sobre estas técnicas y materiales.


Numerosos trabajos sobre el tema provienen del mundo anglosajón. En concreto, la EPA (United States Environmental Protection Agency) ha publicado un documento sobre el Design for Deconstruction así como información sobre varios proyectos piloto. Por su parte, el Hamer Center for Community Design (The Pennsylvania State University) ha redactado una guía dedicada al Design for Disassembly. En Europa, además de la publicación de la Comisión Europea, el proyecto europeo BAMB también ofrece un protocolo de diseño de edificios reversibles (Reversible Building Design). Además, hay un artículo disponible sobre este tema en Archdaily, y otro en el blog de la Fundación Arquia.

Mujeres invisibles

En las últimas décadas, el numero de alumnas en las escuelas de arquitectura del estado español se ha incrementado notablemente, pasando del 15% en la década de los ochenta a un porcentaje superior al 50% actualmente. Sin embargo, la mejora de la situación de las arquitectas en el ámbito profesional no es proporcional al incremento del número de alumnas. En el caso más concreto de Euskadi, es lo que pone en evidencia el estudio “Arquitectas (In)visibles en Euskadi” de 2020 realizado por la arquitecta Verónica Benedet, financiado por Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) que demuestra que “las arquitectas en Euskadi sufren desigualdades de distintas magnitudes en casi todos los ámbitos de la arquitectura, tanto en los espacios de docencia e investigación, como en el libre ejercicio de la profesión, en los puestos de liderazgo y, fundamentalmente, en el reconocimiento social de sus aportaciones”. Reflejo de ello es el plan de estudios de las escuelas de arquitectura que sigue centrado en la idea del genio y autor individual, omitiendo la aportación y el legado de las arquitectas en la historia, dejando así sin referentes femeninos a las alumnas. Por otra parte, el plan de estudios sigue mostrando predilección por las asignaturas formales para la creación de obra nueva, frente a otras como la rehabilitación o la restauración, olvidando la dimensión social de la arquitectura.

Una vez fuera de las escuelas llega la necesidad para las mujeres de adaptarse y encajar en el mundo profesional masculinizado en el que los hombres inspiran, todavía a día de hoy, mayor seguridad y profesionalidad a ojos del cliente, que pone muchas veces en duda la autoridad de las arquitectas. Además de la discriminación y de la precariedad laboral sufrida por muchas mujeres, la dedicación exclusiva a la profesión, aprendida e interiorizada desde el primer año de la carrera universitaria, hace que la mayoría de las mujeres terminen por abandonar parcial o totalmente su carrera profesional incompatible con los cuidados que recaen todavía mayoritariamente en ellas (la mitad de las mujeres entrevistadas por el estudio todavía llevan solas la carga domestica). Las mujeres desaparecen así poco a poco de los espacios de la profesión. El porcentaje de mujeres en servicios de arquitectura e ingeniería en Euskadi tanto como el porcentaje de arquitectas colegiadas en el País Vasco se acercan al 30%. En la ETSA de San Sebastián por ejemplo, sólo el 24% del personal docente e investigación son mujeres. El porcentaje de mujeres premiadas o publicadas es aún menor. Aunque el estudio de Verónica Benedet se centra en Euskadi, esta situación se repite en otros entornos. Es muy evocadora la lucha de Denise Scott Brown para ser reconocida (ver el artículo publicado en El País), como también lo es la invisibilización de las mujeres de la Bauhaus o de las pioneras de la arquitectura en España (ver otros artículos publicados en El País aquí y aquí).

Esta situación lleva las mujeres a la necesidad de buscar alternativas profesionales relacionadas con la arquitectura y la construcción, pero en las que se tenga en cuenta la aportación de las arquitectas y la perspectiva de género. Prácticas profesionales con una dimensión ambiental, social y cultural, con tendencia al trabajo colectivo, como por ejemplo, el urbanismo inclusivo, la rehabilitación, la restauración o la reutilización que pueden ayudar a deconstruir los cánones androcentricos, dando lugar a otro tipo de arquitectura más inclusiva. ¡Ojalá el sector de la reutilización sea consciente de esa capacidad transformadora!


El estudio “Arquitectas (in)VISIBLES en Euskadi” realizado por Verónica Benedet, en el que se basa este artículo, está disponible en la página web de Emakunde. Recoge antecedentes de investigaciones similares en los que cabe destacar el estudio “Where Are the Women? Measuring Progress on Gender in Architecture” publicado por la Association of Collegiate Schools of Architecture, ACSA (Estados Unidos y Canadá), el estudio “Equity and Diversity in the Australian Architecture Profession: Women, Work and Leadership” publicado por Parlour (Australia), así como el proyecto europeo TRIGGER (Transforming Institutions by Gendering Contents and Gaining Equality in Research). Existe una Asociación de mujeres arquitectas de España, AMAE (ver aquí un articulo de Archdaily sobre la creación de la asociación), una Unión Internacional de Mujeres Arquitectas (UIFA) fundada en París, y otra europea, Yes We Plan!. Cabe destacar también la pagina web UN DIA | UNA ARQUITECTA. Además, en 2022 se ha publicado el libro “Matilde Ucelay – La primera arquitecta española” de Inés Sánchez de Madariaga.

Stars of reuse

El premio Pritzker de arquitectura acaba de ser otorgado a Diébédo Francis Kéré (Burkina Faso). Esta elección, parece confirmar la tendencia de un premio que deja un poco de lado el brillo, para centrarse más en un proceso de creación que respeta el medio ambiente y las sociedades. No es coincidencia que muchos ganadores recientes del premio Pritzker, también lo sean del Global Award for Sustainable Design. En el centro de estas preocupaciones, la reutilización gana terreno en muchos proyectos. El enfoque de Diébédo Francis Kéré es colaborativo, reinterpreta los métodos constructivos tradicionales y se interesa por los recursos locales como la tierra o la madera, pero también por los materiales reutilizados. La sencillez constructiva y la elección de los materiales permite, entre otras cosas, una reapropiación de las técnicas por parte de los habitantes, en una lógica de autoconstrucción y contribuye al desarrollo de una verdadera economía local. La educación parece especialmente importante a los ojos del arquitecto que construye muchas escuelas, comenzando por la escuela primaria de Gando (2001, Burkina Faso), su pueblo natal. En un proyecto similar, el de la escuela secundaria Schorge (2016, Burkina Faso), la estructura del techo del edificio así cómo paneles de encofrado proporcionaron el metal y la madera con los que se fabricaron las sillas que usan los estudiantes. Los desechos de la obra se convierten, por lo tanto, en nuevos recursos, ¡locales y económicos!

Otros ganadores del premio Pritzker hacen también uso de la reutilización. El caso más conocido es sin duda el de Wang Shu (China), quien junto a Lu Wenyu dentro de Amateur Architecture Studio, es el autor del Museo de historia de Ningbo (2008, China). En efecto, las fachadas del museo están decoradas aleatoriamente con materiales recuperados durante las demoliciones del casco antiguo. El proceso se repetirá más adelante, destacando la destrucción de toda una parte de la arquitectura tradicional china. Durante la Bienal de Arquitectura de Venecia, en 2006, el arquitecto también montó el Tiled Garden, compuesto por 66000 tejas recuperadas de edificios destruidos en la región de Hangzhou (sobre la obra de Wang Shu, ver dos artículos en Archdaily aquí o aquí). Los arquitectos Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal (Francia), a menudo acompañados por Frédéric Druot, a través de sus proyectos de transformación de edificios de viviendas, nos enseñan que la demolición está lejos de ser siempre la mejor solución. Por su parte, Alejandro Aravena (Chile) de la oficina Elemental, crea conjuntos de viviendas fomentando la autoconstrucción y prácticas vinculadas a la reutilización. Los edificios de diseño abierto (los planos son de libre acceso en la página web de la agencia) son un marco que facilita la apropiación por parte de los habitantes, la transformación y el ensamblaje de diversos materiales. Él mismo puso en práctica la reutilización durante la Bienal de Arquitectura de Venecia de 2016, donde se recuperaron más de 90t de materiales (lo contábamos aquí). El arquitecto Balkrishna Doshi (India) también contribuye a la construcción de viviendas sociales, pero es su propia oficina llamada Studio Sangath, la que construyó utilizando materiales reutilizados, cómo por ejemplo muchas baldosas de cerámica, provenientes de otras obras (ver un artículo sobre este tema en Archdaily). Por último, Shigeru Ban (Japón) se ha especializado en arquitecturas que se pueden desmontar, transportar y, por tanto, reutilizar. Sus estructuras de madera o cartón se utilizan en campos a veces muy diversos cómo el de la arquitectura de emergencia, con el diseño de refugios temporales (ver un artículo en Archdaily sobre este tema), de una iglesia o de una sala de conciertos, también efímeras. Con el mismo enfoque concibió un edificio de oficinas o un museo nómada. Por otro lado, el arquitecto incorporó los ladrillos recuperados de los escombros del terremoto ocurrido en Nepal en 2015, que a la estructura de madera de nuevas construcciones (ver un artículo en Designboom sobre este tema).

Por supuesto, la práctica de la reutilización no se limita a los ganadores de premios de arquitectura. De hecho, para algunos de ellos, la reutilización es solo un gesto arquitectónico puntual, a diferencia de numerosos arquitectos o constructores más anónimos. Sin embargo, los premios tienen la ventaja de hacer visible y de legitimar un planteamiento que todavía se descarta en gran medida. Otras “estrellas” de la disciplina, no galardonadas del Pitzker, también ayudan a visibilizar esta práctica. Así, son por ejemplo las tejas antiguas provenientes de construcciones locales las que Kengo Kuma (Japón) utilizó tanto en la fachada como en el techo del China Academy of Art’s Folk Art Museum (2015, China). A menor escala, reutilizó in situ, en la fachada del Murai Masanari Art Museum (2003, Japón), los materiales de un antiguo edificio. En Europa, los arquitectos de la oficina Mecanoo (Países Bajos) crearon un mosaico de piedras y ladrillos antiguos para formar la fachada principal del Netherlands Open Air Museum (2000, Países Bajos). Con el mismo espíritu, utilizaron viejas tablestacas procedentes de ataguías y recuperadas en un canal, para crear la fachada del museo Kaap Skil (2011, Países Bajos). De esta manera se pone de relieve, la reutilización tradicional de la madera flotante por parte de los habitantes de la región lo (ver un artículo sobre este tema en la página web Opalis). Los arquitectos de la oficina MVRDV (Países Bajos) también se interesaron por la reutilización al crear el pabellón neerlandés para la Bogotá Book Fair (2016, Colombia). El sistema modular implementado combinaba elementos desmontables y recombinables, que fueron reutilizados como bibliotecas en diferentes áreas de la ciudad. Por último, el proyecto piloto ZEB Pilot House (2014, Noruega) de los arquitectos de Snøhetta (Noruega), es un experimento con vistas a conseguir un edificio “cero emisiones”. La construcción es autosuficiente en energía, y además ¡se compone sobre todo de muchos materiales reutilizados!

Catedral de Santa María

Cuando hablamos de recuperación y reutilización de materiales de construcción, existe un caso muy especifico que es el de los edificios patrimoniales. En este caso, la reutilización tiene no solo objetivos económicos y ambientales sino más bien históricos. La restauración de la catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz presenta buenos ejemplos de este tipo particular de reutilización. El monumento histórico cuyas bases remontan al año 1200 e inscrito por la UNESCO en 2015 como uno de los bienes individuales del Camino de Santiago de Compostela se caracterizaba por graves problemas estructurales. El cierre del edificio al público, la presentación en 1998 del Plan Director de Restauración Integral y la creación de la Fundación Catedral Santa María para gestionarlo y desarrollarlo, abrieron un periodo de restauración de la catedral que sigue en marcha después de más de veinte años.

A lo largo del proceso de restauración, uno de los criterios fundamentales fue la reutilización in situ de los materiales. Cuando dicha reutilización era posible, esto implica el desmontaje, el tratamiento y el almacenaje de elementos históricos de madera, piedra o cerámica antes de su recolocación y de su eventual redistribución con el fin de mejorar el funcionamiento estructural, aprovechando así obras anteriores en distintas zonas de la catedral. En la reconstrucción de las cubiertas se recuperaron de esta manera numerosas vigas de madera de roble y 13 319 tejas de cerámica destinadas a ser reutilizadas más específicamente en las cubiertas de la ábsidede la catedral, constituida a partir de una sucesión de tejas curvas cóncavas y convexas parcialmente superpuestas. Muchas de ellas son tejas “cobija” ya que las tejas “canal” tuvieron que ser sustituidas por piezas nuevas. A menudo, las piezas reutilizadas conservan trazas de su historia, como por ejemplo la firma de su taller de origen.

Los materiales históricos reutilizados en obras tan especificas de protección del patrimonio son sin lugar a dudas consideradas como una riqueza, pero ¿podría esta visión extenderse a otros materiales más comunes? Podríamos inspirarnos en los importantes trabajos realizados en la catedral de Santa María y reconocer también el valor cultural de la reutilización aplicada a un patrimonio más ordinario y a sus materiales.


En la pagina web de la Fundación Catedral Santa María se encuentra más información sobre las obras de restauración pasadas y actuales.

Un nouveau musée

La construcción del museo del folclore en la ciudad de Mouscron (Bélgica) proyectada por los arquitectos de la oficina V+ dio lugar a la reutilización particular de ladrillos antiguos. Dentro del marco del decreto para la integración de obras de arte en los edificios públicos, el artista francés Simon Boudvin hizo la siguiente proposición : « añadir ladrillos antiguos en los muros del nuevo museo, documentando sus lugares de origen ».

La construcción del museo interviene de manera paradójica, en el momento en el que numerosos edificios, que han sido testigos de la historia de la ciudad, están a punto de desaparecer. Estos se convierten sin embargo, en fuente de materiales de construcción : «una fábrica, un almacén, unas viviendas obreras, un cine, un convento, una casa burguesa, una cafetería y una granja aprovisionaron con sus ladrillos las fachadas del museo ». Los ladrillos se transforman de esta manera en objetos de museo conservando su uso. El museo se integra en la trama de la ciudad y los ladrillos antiguos y nuevos se mezclan siguiendo el aparejo. La proporción de ladrillos reutilizados es del 25%. Ésta es una decisión del departamento de estudios técnicos : la combinación con los ladrillos nuevos limita el impacto de la reutilización sobre los ensayos y los calculos de estabilidad. En el proyecto se reutilizaron 28500 ladrillos, lo que corresponde a alrededor de 34 m³ (fuente Opalis).

El museo está dividido en diferentes volúmenes separados por juntas de dilatación. Cada uno de estos volúmenes, por su tamaño, los ladrillos de reutilización que albergan en sus muros o los objetos que se exponen en él, hace referencia a una actividad en particular y por lo tanto a un edificio en concreto. Discretos números presentes en la fachada determinan la procedencia de los ladrillos reutilizados. Aunque la dimensión cultural de la reutilización parece importante, ésta no pretende ser militante u ostentosa. Una capa de encalado blanco cubre los muros y los ladrillos reutilizados se distinguen solamente por su textura áspera.

La recogida de ladrillos y su integración en los muros del museo fueron acompañados del trabajo de documentación realizado por Simon Boudvin que dio lugar a la publicación de un libro. En él se describe la intervención, el nuevo museo así como los edificios de donde provienen los ladrillos. El título del artículo y las citaciones se han tomado prestados de este libro : Simon Boudvin, (2018), UN NOUVEAU MUSÉE, Accattone y MER. Paper Kunsthalle.

RE2020

En el momento en el que esta a punto de lanzarse en Paris un sindicato de agentes de la reutilización de los materiales de construcción, el contexto francés, y el contexto legislativo en particular, es cada vez más favorable a la reutilización. Ya os hemos hablado de la Licencia para hacer (Permis de faire) y sus derivadas así como de la “regla de objetivos y de resultados a alcanzar”, o más recientemente del diagnóstico PEMD. Ahora otro dispositivo parece también muy favorable la reutilización. Se trata de la Réglementation Environnementale 2020 (Regulación ambiental 2020) llamada también RE2020.

Previsto por la ley ELAN (2018) con el fin de limitar el impacto energético y ambiental de los nuevos edificios, la RE2020 sustituye a la antigua regulación térmica RT2012, cuyo objetivo era mejorar el rendimiento energético de los edificios y reducir el consumo, particularmente a través del aislamiento. Los objetivos de sobriedad energética y de descarbonización de la energía siguen presentes con la RE2020, sumando objetivos de adaptabilidad de los edificios en caso de calor intenso, y también la voluntad de reducir el impacto ambiental de las construcciones fijando limites que pueden evolucionar en el tiempo. Este último punto es el que implica a la reutilización de los materiales. En efecto, introduce una nueva metodología basada en un análisis de ciclo de vida (ACV) que contempla todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de un edificio a lo largo de su vida, desde la construcción hasta la demolición. En el caso de los edificios nuevos, estas dos fases (construcción y demolición) representan por sí solas entre el 60% y el 90% de las emisiones previstas en un periodo de 50 años. Considerar las emisiones de un edificio desde su construcción permite tener un impacto sobre las soluciones constructivas y, por lo tanto, apostar por las opciones de bajas emisiones, incluida la reutilización. Además, la elección de un ACV llamado dinámico (y no estático) asigna un mayor peso a los GEI emitidos al inicio del ciclo de vida.

Varios textos legales especifican las exigencias de la RE2020 y reorganizan el CCH francés (Code de la construction et de l’habitation), equivalente al Código Técnico de la Edificación español. Un decreto (arrêté du 4 août 2021) detalla por su parte el método de cálculo del impacto ambiental de los edificios e integra una norma especifica ligada a la utilización de componentes provenientes de la reutilización considerando que estos no tienen impacto. Por lo tanto, los valores de los impactos para todos los módulos del ciclo de vida son equivalente a cero. Si bien la consideración del impacto ambiental de los edificios desde su construcción ya parecía favorable a la reutilización, ¡considerar que los materiales resultantes de la reutilización no emiten GEI adicional solo refuerza su atractivo!

La RE2020 pasó a ser obligatoria a partir del 1 de enero 2022 para las nuevas viviendas individuales y colectivas, y lo será a partir del 1 de julio 2022 para la construcción de oficinas y de edificios de educación primaria y secundaria. Los edificios terciarios más específicos estarán sujetos a esta obligación posteriormente.


Para obtener más información sobre la RE2020, ver la pagina web que le dedica el Ministère de la Transition Écologique francés (Ministerio de Transición Ecológica).

Collectif Etc – 3

Aunque la madera de palés sea un elemento recurrente en los proyectos de reutilización, otro material estandarizado similar será utilizado de manera interesante en 2012 en el proyecto de modificación del jardín Michelet en Colombes cerca de Paris. Se trata de los paneles de secado para bloques de hormigón de 140x110x4 cm de dimensión. Estos paneles de madera tienen los lados reforzados mediante perfiles metálicos.

El jardín Michelet es uno de los elementos del proyecto R-urban, llevado a cabo por el atelier d’architecture autogérée (aaa). Siguiendo la lógica de crear redes locales y de circuito corto, este proyecto de economía social y solidaria, reagrupa diferentes sectores que se articulan alrededor de las cuestiones como la vivienda (EcoHab), el reciclaje (RecycLab) y la agricultura urbana (AgroCité). El Collecif Etc intervino en el jardín que alberga el Agrocité (ciudad agrícola). La autoconstrucción y la reutilización son parte esencial del proyecto! La intervención trata sobre un espacio técnico y otro de encuentro, unidos por un eje central. El sistema constructivo sigue una trama regular determinada por las dimensiones estandarizadas de los paneles de madera. Se utilizan para cubrir los suelos y las paredes de los diferentes espacios. La regularidad de la trama facilita además los posibles añadidos o modificaciones.

Los paneles de secado y otros materiales de construcción de segunda mano, recuperados en obras o comprados a proveedores especializados, han sido valorizados por el Collectif Etc, así como por el atelier d’architecture autogérée dentro del proyecto principal del AgroCité. Estos recursos han sido listados en la página internet del proyecto. La reutilización de los elementos constitutivos del AgroCité se reanudó durante el traslado del proyecto, ya que fue deconstruido y reconstruido en un nuevo lugar en 2018, en este caso en Gennevilliers.

Se puede encontrar información técnica sobre los paneles de secado en la página de Opalis. Las características técnicas observadas en España pueden diferir ya que las dimensiones de los paneles son inferiores. Aun así, es posible encontrar elementos de segunda mano. Los paneles, aunque a menudo sean de madera, existen también modelos de plástico o de metal.