Paraguay lleva algún tiempo siendo el centro de atención por su arquitectura innovadora, aunque en contraposición a las soluciones de alta tecnología a las que estamos acostumbrados en Europa. Los cambios ambientales y sociales que se avecinan, y el deseo, más actual que nunca, de un futuro democrático, deben alentarnos a inspirarnos en estos ejemplos, ya que empezamos a darnos cuenta de que las limitaciones que les dan forma, también son las nuestras. Las innovaciones estructurales de baja tecnología que utilizan materiales naturales y locales, y la reutilización, benefician así proyectos sostenibles y democráticos en un país con una cultura aún fuertemente rural, y que sigue siendo el tercer país más pobre de América del Sur. La idea es ser inventivos con lo que tenemos a mano. La reutilización se convierte naturalmente en una de las herramientas de esta arquitectura. Lejos de ser una figura aislada, el Gabinete de arquitectura liderado entre otros por Solano Benítez y Gloria Cabral, es uno de sus representantes más conocidos. Su trabajo mezclando ladrillos y hormigón fue exhibido en la Fundación Cartier y premiado en la Bienal de Venecia en 2016 (ver un artículo Archdaily sobre este tema). Sin embargo, es en su país donde se han llevado a cabo los proyectos más significativos.
Ya durante la construcción de su oficina, por un precio ocho veces inferior al precio habitual, los arquitectos del Gabinete de arquitectura tuvieron que demostrar su inventiva utilizando materiales baratos o reutilizados, como por ejemplo, hormigón y ladrillos artesanales (ver sobre este tema un artículo Archdaily). Pero al igual que en el trabajo del arquitecto uruguayo Eladio Dieste (ver un artículo Archdaily sobre la Iglesia Cristo Obrero de este último), el uso de dichos materiales no debe ser un obstáculo para la experimentación arquitectónica y estructural. Así fue durante la construcción de la fachada con pliegues de la Casa Esmeraldina (2002), realizada con paneles prefabricados y cuyo aparejo de ladrillos reutilizados (haciéndose visible la habitual cara de colocación) permite maximizar la superficie obtenida, reducir el número de ladrillos necesarios y, por lo tanto, los costes asociados. Con el mismo aparejo, el Gabinete de arquitectura desarrolló otro sistema de módulos prefabricados, esta vez ensamblados por triangulación. Se utilizo para la construcción del gran arco enrejado que marca la entrada al Centro de Rehabilitación Infantil de la Teletón (2010, ver sobre este tema un artículo Archdaily). El edificio principal del centro donde también se reutilizaron puertas de vidrio y baldosas cerámicas, retoma además la idea de la fachada con pliegues.
Si bien en este proyecto se reutilizan los ladrillos, uno de los arcos interiores está hecho de hormigón ciclópeo compuesto de restos cerámicos provenientes de derribos, cascotes. La reutilización de ladrillos o de cascotes integrados en paneles prefabricados de hormigón ciclópeo, ensamblados por triangulación o por pliegues sucesivos, se convirtió así en una seña de identidad del Gabinete de arquitectura. Asimismo, estas innovaciones se hallan en el proyecto Quincho Tia Coral (2016, ver sobre este tema un artículo Archdaily) cuya pérgola es de vidrio reutilizado, pero sobre todo, de módulos triangulares de hormigón ciclópeo hecho con cascotes cerámicos. La misma lógica se utilizo, en otra escala, en el proyecto de extensión de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), donde la fachada entera se hizo con un sistema enrejado. En muchos otros proyectos se utilizaron paneles prefabricados de hormigón ciclópeo hecho con cascotes cerámicos, desde la Fundación TEXO (2017) al banco BASA (2018), y más tarde, en forma de losas colocadas en el suelo o suspendidas mediante cables, para cerrar el espacio del Pabellón de Composta de la Casa Wabi, en México (2020, ver sobre este tema un artículo en la página web Dezeen o en la de la revista Arquine).
Otras figuras del panorama arquitectónico paraguayo toman la misma dirección que los miembros del Gabinete de arquitectura. Así, Javier Corvalán y su Laboratorio de Arquitectura hacen de la reutilización de los materiales y de la innovación arquitectónica un camino para reducir los costes de construcción. El techo es uno de los elementos más caros de sus proyectos, lo que llama especialmente la atención del arquitecto. Así, en la Casa Hamaca (2010), la cubierta es de chapa metálica ondulada y de tableros de madera aglomerada procedentes principalmente de excedentes de otras obras. Este techo, suspendido entre dos muros inclinados de ladrillo, está lastrado con piedras encontradas en el lugar y que le dan su forma curvada de hamaca. En la Casa Umbráculo (2007), la rehabilitación de una antigua construcción se realizo añadiéndole una cubierta abovedada hecha con madera de palet. De la misma manera, el proyecto Yvapovo (2016), un pabellón de ladrillo cubierto con una pérgola de madera, también abovedada, está realizado con materiales (madera y ladrillo) procedentes de derribos.
Otra forma de trabajar es utilizar la tierra excavada como materia prima. Es lo que hace por ejemplo José Cubilla en la Vivienda Takuru (2016), donde el 85% del volumen de la construcción se extrae in situ (ver un artículo Archdaily). Es una gran fosa que sirve como depósito de agua la que proporciona la tierra cruda utilizada en la construcción. Esta vez el arquitecto utiliza piedra en la Vivienda Pleasure Point (2005), una casa parcialmente enterrada (ver un artículo de la plataforma The Society Paraguay). En un caso como en el otro, la elección de materiales naturales lleva a las construcciones en gran adecuación a su entorno. Una parece una roca puesta al descubierto y la otra, una escultura hecha de la tierra que la rodea. La piedra utilizada en la Vivienda Ara Pytu (2016, ver un artículo Archdaily) no se extrae in situ, pero todavía se trata de piedra reutilizada.
Estos ejemplos de reutilización, lejos de ser aislados, reflejan los valores que impulsan gran parte del panorama arquitectónico en Paraguay. El uso de materiales locales, baratos y reutilizados, así como la elección de determinadas prácticas de construcción, eran sobre todo maneras de reducir los costes de construcción, y además se hacían eco de preocupaciones sociales, culturales y medioambientales. Estos diferentes proyectos parecen desprender una estética común, aunque hablar de estilo sería limitar esta arquitectura a un enfoque puramente formal. Es ante todo un movimiento que defiende ideas e ideales. Estos iban a inspirar a toda una generación de jóvenes arquitectos, varios de ellos pasados por el Taller E de la FADA de la UNA. Las construcciones nuevas o renovadas, más o menos lujosas, de estos jóvenes arquitectos tienen en común esta visión de una arquitectura inventiva hecha de materiales de bajo coste y con técnicas artesanales.
Un artículo de 2020 de The New York Times ofrece un interesante panorama de la arquitectura contemporánea en Paraguay. Véase también un artículo de The Architectural Review escrito en 2018 en el contexto de la entrega a Gloria Cabral del Women in Architecture Moira Gemmill Prize. En el marco de la entrega del Global Award for Sustainable Architecture 2021, se publicaron videos de conferencias impartidas por Solano Benítez así como por José Cubilla.